lunes, 30 de abril de 2012

La sílfide. Contrasemblanza.


Parece una saltadora de trampolín justo antes de lanzarse al vacío.
Perfecto equilibrio, gesto concentrado, energía preparada, calma previa al paso decisivo.
O tal vez sea una bailarina preparada para hacer una gran pirueta como de los ballets rusos.
Hay una quietud, una calma en perfecta armonía previa al movimiento.
Algo va a suceder a continuación, está claro, o tal vez no pase nada, no se sabe, en cualquier caso el momento es mágico, es ese momento en que uno está centrado sólo en uno mismo y a través de uno mismo está centrado en todo.
Porque en el uno está siempre el todo y viceversa, si se sabe entender verdaderamente la vida y el mundo.
La persona no es en definitiva sino una caricatura de la comedia del mundo, del gran ballet del universo, del trampolín de la existencia.
Caricatura o retrato, según se mire, en este caso esencia concentrada en el momento previo a que algo suceda, momento eternamente congelado en una imagen, tal y como es la vida para en hombre, en este caso para la mujer.

el paseante

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