miércoles, 18 de abril de 2012

Píldoras para dejar de ser gay.


Las fabrica un laboratorio farmacéutico inglés y las comercializa a nivel nacional la Conferencia Episcopal.
No tienen ningún efecto secundario, bueno, en realidad es que no tienen ningún efecto, ni efecto placebo siquiera, mis mejores amigos gays están en tratamiento con ellas, una después de cada comida, cada ocho horas, en fin, lo habitual, sin receta, pero no las cubre la Seguridad Social, ni pagando el 10%, están fuera del sistema, lógico, España es un país aconfesional y asexual, aunque se reconozca la relevancia de la Iglesia católica y de la orientación heterosexual.
¿Y para qué sirven entonces?
Sencillo, te las compras, las tomas, y cuando vayas al confesionario le dices al cura que eres gay pero estás en tratamiento, no falla:

Ego te absolvo peccatis tuis in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti.

Ni penitencia te pone, estupendo, ya puedes irte, y a la calle, a lo tuyo, a tu bola.

el paseante
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario