viernes, 20 de abril de 2012

Perdóname, perdóname...

Un crío de tres años transgrede una norma. Pega a su hermano, pinta en una pared, tira al suelo un cuenco con puré... Su padre le reconviene: muy mal, tienes que pedir perdón. El niño llora por la riña pero, como ya se sabe el truco, dice la palabra mágica: 'Perdón'. Deja de llorar y vuelve a lo suyo.
"El perdón y el arrepentimiento son cosas distintas. Pedir perdón es una relación social, un convencionalismo, como el que se tropieza con alguien en el metro y le dice 'perdone'", explica el filósofo Gustavo Bueno. "Y perdonar tampoco es un acto necesariamente noble. Piense en eso de 'Perdónalos porque no saben lo que hacen' de la Biblia. Es el mayor desprecio al individuo que se pueda hacer".
¿Y el arrepentimiento? "Hay una frase de Spinoza: 'El arrepentimiento no es virtud porque no sale de la razón. El hombre que se arrepiente es doblemente miserable'. El arrepentimiento, en cierto sentido, es una negación de la libertad, es un no considerar míos mis actos. En realidad, sólo hay un arrepentimiento coherente que es el suicidio. Lo demás es rascarse ese ligero cosquilleo psicológico que sentimos a veces", termina Bueno.
Qué duro, ¿no? Sí, pero en el fondo es la idea que aparece detrás de la reacción todos aquellos que no se dan por desagraviados con el 'Lo siento mucho' del Rey Don Juan Carlos. Por tanto, ¿qué hacer cuando alguien nos pide perdón? ¿Con nuestra necesidad de pedir, de vez en cuando, perdón?
"El sentimiento de la culpa surge de una preocupación por el otro. Y en ese sentido, sí, es un sentimiento noble, aunque también puede ser negativo, como ocurre en el caso de los melancólicos que se culpan por todo. El caso contrario es el de los sociópatas, que no tienen culpa porque no tienen preocupación por el otro", explica la psicoanalista Mariela Michelena, autora del ensayo 'Mujeres malqueridas' (La Esfera de los Libros). "Lo que pasa es que el arrepentimiento no está completo si no viene después lo que en la religión se llama el propósito de enmienda. El 'Y no volverá a suceder' del Rey, que también es un reconocimiento del otro... Y, al final, el ciclo se tiene que terminar en un tiempo futuro, cuando, efectivamente, el propósito de enmienda se cumpla. El Rey se habrá ganado el perdón cuando, en efecto, no vuelva a irse de safari".
Dicho lo cual, el pedir perdón puede que sea un convencionalismo no del todo suficiente, pero aún necesario. "Las sociedades necesitan normas para convivir, incluso las más primitivas; de hecho, cuanto más primitivas, más normativas", continúa Michelena. "La preocupación por el otro, en realidad, es un asunto funcional, nos preocupamos por el otro porque, de alguna manera, eso nos conviene. Y a partir de ahí, surge el afecto, el amor, la solidaridad... Por eso, creamos maneras de hacernos soportables unos a otros como es pedir perdón. Luego, las religiones se apropian de esas relaciones y aparece, por ejemplo, la confesión de los católicos, que es una manera, probablemente buena, de gestionar como sociedad los agravios que nos hacemos".
El problema del perdón, al final, nos conduce a la religión. "El 'sistema' católico de la culpa-arrepentimiento-confesión-penitencia-redención funciona bien cuando conduce a un cambio de conducta. Pero es como todo, la confesión puede ser una fórmula vacía o puede tener un propósito de enmienda sincero, depende de la persona", explica el teólogo José Manuel Vidal, colaborador de EL MUNDO en asuntos religiosos. Entonces, ¿no es el perdón de los pecados un acto rutinario como lavarse las manos después de ensuciárselas, antes de volver a mancharse? "En la naturaleza humana está el volver a caer, porque no somos ángeles. Pero una de las funciones de la confesión es evitar las ocasiones de caída".
Sin embargo, a menudo, incluso entre los no religiosos, se habla de la confesión católica como un mecanismo predecible de 'gestión de las culpas', que conduce a sociedades más despreocupadas y laxas, menos angustiadas. "Algo de eso hay", reconoce Vidal. "La confesión también es alivio y consuelo, y eso lo saben los psiquiatras que tienen los consultorios llenos de gente que, en otra época, hubiera ido al confesionario".
Y pese a ello, "el sacramento de la confesión está en una crisis gravísima, también entre los católicos, desde hace al menos 20 años. Hubo un momento en el que se exageró en la culpa, en el 'pagar un precio', en el examen pormenorizado de los pecados: qué, cómo, cuántas veces, con quién... Llegó un momento en el que ir al confesionario era como someterse a un examen, una experiencia muy desagradable, así que los creyentes se han alejado y se va imponiendo un modo de confesión más flexible. En muchas comunidades, de pide perdón colectivamente y basta".

1 comentario:

  1. Estimado Sr. Paseante !!!!!
    He leido detenidamente este articulo asi como el resto de las entradas del blog, durante toda su andadura bloguera De todos ellos saco la misma conclusion:... es Usted un intelectual, erudito, imaginativo, sensible y muy humano. Y es muy de agradecer, sobre todo por el altruismo demostrado. y es que a pesar de los recortes y mas recortes que padecemos, Usted JR de momento no nos cobra ni un solo euro por disfrutar de su lectura diaria y tampoco percibe derechos de autor (eso le pasa por no haber formado parte del clan de la "ceja").
    Pero me gustaria hacerle una recomendacion, aunque la desprecie, que para eso es Su Blog.
    Cuando leo el blog diariamente, me recuerda a esos musicos que tocaban bellas melodias en la cubierta del Titanic, mientras el barco iba zozobrando y los pasajeros ya empezaban o estaban a punto de tirarse por la borda.
    Creo que Usted es consciente de que estamos en Guerra. Y en estas circunstancias me parece que lo mejor es afrontarlo directamente, y llamar a las cosas por su nombre.
    Su blog desprende belleza intelectual por los cuatro costados. Pero la musica que usted interpreta creo que no es la adecuada para el escenario presente.
    Ya se que es Usted un soñador y le gustaria morirse disfrutando de la brisa del mar en medio del oscuro oceano. Pero tal vez a algunos les serviria mas de ayuda que, ademas de dirigir la orquesta, les indicara donde se encuentran los botes salvavidas.
    Y voy al grano....si en lugar de filosofar con la teoria del perdon del rey, nos revelara lo torpes y poco instruidos que son sus subditos, nosotros los españolitos, y al menos sus lectores pudieran llegar a entender que REY y DEMOCRACIA son incompatibles, posiblemente el barco se hundira igualmente, pero en lugar de permitir que primero se salve el Rey y sus familiares, nos dieran la posibilidad que fuera Usted tal vez quien debiera ser el primero en tomar el salvavidas de honor, ese reservado para los hombres ilustres..... Yo al menos votaria a favor de que Usted se salvara, con preferencia al cazador de elefantes, por supuesto...!!!!!!!

    ResponderEliminar