domingo, 15 de junio de 2014

Nada más salir del Club Mediterrane.




Nada más salir del Club Mediterrane, ya en plena plaza djema lafna, así se pronuncia, me veo rodeado inmediatamente por unos 50 chicos que me impiden seguir avanzando. Sus edades oscilarían entre 16 a 25 años aproximadamente. Todos me voceaban palabras en francés que no entendía muy bien, pero deduje que querían ser mis guías para enseñarme la ciudad. Cada vez me suplicaban en un tono más alto que les cogiera de guía. No me dejaron ni avanzar un solo metro más, era verdaderamente abrumador. Por lo que mi instinto me dijo que obligatoriamente tendría que elegir un guía de entre todos. Y cuál ???.Vaya lío que se armó a mi alrededor. Según iba discretamente mirando a todos y cada uno de ellos sus ojos se alegraban o se entristecían, en función de la duración más o menos instantánea de mi mirada. Vaya lío, vaya lío!!!  Había de todo tipo, pero todos se expresaban con la magia de los ojos tan grandes y tan expresivos, que resultaba muy difícil escapar a sus miradas. La selección apenas duró unos escasos minutos pero se me hicieron eternos y muy complicados. Todos eran muy delgaditos, no paraban de chillar, a mí, a mí, a mí......a miiii!!!!!!!!!
Entre ellos empezaron algunos a pelearse. Observé que si mi mirada se detenía una décima de segundo más sobre unos ojos que sobre otros, lo captaban todos al mismo tiempo y provocaba una alteración colectiva, para evitar que hubiera un beneficiado, todos ellos querían ser mis guías. Qué locura!
Por un instante pensé dar media vuelta y entrar en el hotel para evitar una situación cada vez más violenta.
Pero de repente intuí que lo mejor era elegir al mayor y menos agraciado físicamente, pero con una mirada bondadosa y llena de necesidad por encontrar sustento ese día. Y creo que mi decisión fue muy acertada.
En cuanto le dije, venga!, tú eres mi guía !, los demás lo respetaron unánimemente y se acabó la discusión. Todos los chiquillos se fueron alejando del corrillo, y el elegido, con una felicidad indescriptible en su rostro, muy educadamente les dijo al resto que no me molestaran más, que ya había una designación definitiva.
Mi guía elegido me indicó que antes de nada nos fuéramos a tomar un té y hablar un rato, cosa que agradecí, pues necesitaba relajarme tras la tensión de la situación anterior que nunca antes en mi vida había experimentado.
Y fuimos andando hasta la terraza del Café de France.

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Ya hace tantísimos años, que se me escapan infinidad de anécdotas y sucesos. Te lo intentaré contar con la visión mía de aquellos años, casi de juventud. Evitaré las comparaciones con mi conocimiento actual sobre la sociedad de Marruecos y los cambios sufridos en la propia ciudad.  Eso es otra historia diferente para relatar en su momento, si llega.
Así además intento hacer memoria sobre el impacto que me produjo aquel primer viaje y los sucesivos, hice casi 2 viajes a Marrakech por mes, durante más de un año.
En lugar de pasear por Chueca, me pareció más interesante pasear por Marrakech, tan diferente y tan mágico!
Yo te lo iré contando tal como me vaya acordando, sin censurar nada. Lo que consideres subido de tono para exponer en tu blog, lo eliminas a tu antojo, para eso eres EL PASEANTE.
 

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