domingo, 8 de junio de 2014

Llegué por primera vez a Marrakech en plena guerra del golfo.




Llegué por primera vez a Marrakech en plena guerra del golfo. Había leído tantas cosas sobre esa ciudad que deseaba enormemente encontrarme con ella. Creo que era la primera semana de Mayo, aprovechando el puente del 1 de mayo. El trayecto fue en tren desde Casablanca, más fascinante aún. No paraba de mirar por las ventanas del vagón de primera clase. Hice todo el trayecto en un departamento compartido con una señora marroquí muy estirada y antipática, con sus dos hijos pequeños y la mujer de servicio que se ocupaba de ellos. Ni una sola palabra intercambiamos. Lo que más me llamaba la atención era el vestuario de la mujer que atendía a los niños, algo así como un enorme camisón blanco con infinidad de bombachos debajo, y no llegaba a comprender su utilidad. Cada vez que podía, miraba disimuladamente para intentar contar cuantas prendas llevaría bajo el camisón. Por la ventana cada vez veía más palmeras. Creo que nunca he tenido tanto deseo en llegar a un destino. La noche anterior estuve en Casablanca en un  hotel de mucho lujo, pero todo me parecía barato. No hablaba nada de  francés, pero me hice el ingenuo al llegar al hotel, tanto que me aplicaron un descuento del 50 % por ser menor de 25 años, cosa que no era cierta, aunque lo aparentara.
Con estos recuerdos de la noche anterior en Casablanca, medio soñando, llegué al destino.  Por fin Marrakech.

Te iré escribiendo cuando tenga ganas este viaje que coincide con el capítulo de YSL. Hace tantos años ya que me sirve para recordarlo a medida que te lo voy contando. Sólo recordarlo ya me impacienta. Realmente fue el viaje de mi vida, el primer viaje mágico que me hizo reflexionar y me transportó verdaderamente a otra dimensión desconocida. Yo no tenía nada que ver con la persona que soy ahora.
Te lo iré contando poco a poco, para que hagas lo que quieras con su contenido. Mi único interés es que tú lo conozcas, pero no me fuerces a ir más deprisa en la narración.
Quiero que te lo tomes como un regalo de cumpleaños, o tal vez como un regalo del inicio de tu nueva vida, cada vez más próxima. Creo que cuando termine de contarte toda esta historia, posiblemente coincida con el inicio de tu próximo viaje, el que te marcará definitivamente, como me ocurrió a mí con este viaje que te intentaré ir relatando por capítulos.
Te lo iré escribiendo directamente vía e.mail, así que tú vete archivándolo debidamente para no perder el hilo de mi narración.
Espero que disfrutes con su lectura, que aunque carezca de cualidades literarias, es el relato más sincero sobre un viaje que me fue descubriendo mi interior, sin yo darme cuenta en aquella ocasión.
Un abrazo de tu amigo.
(firma tú como quieras)



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