viernes, 27 de junio de 2014

Hola amigo: ¡buen día! He leído tu correo como cinco veces.




Hola amigo: ¡buen día! He leído tu correo como cinco veces, tratando de entender qué te está diciendo tu corazón, tu alma, tu espíritu y tu cerebro.
Yo pienso que no eres culpable de la existencia de gente mala. Que hacerte cargo de ella, aún vengándote, es una pérdida de energía al vicio. La maldad es a la esencia humana, cuando está presente, como lo es la incondicionalidad del amor de una mascota a su dueño. Quizás, ni siquiera pueda considerarse humana a la gente mala, y por eso no tiene sentido amargarse la vida, vengarse, o hacer pender nuestras decisiones de los que serían animales con ropa.

Pienso que eres un adelantado en evolución espiritual. Sé que eres muy sensible a la maldad, a la injusticia, a la desconsideración, pero siempre encuentras tu eje, y te paras frente a la vida con los pies sobre la Tierra, sabiendo perfectamente qué es lo que está pasando, y abstrayéndote en tu mundo de paz.

Tu historia no es distinta a la del resto de los mortales que tratamos de vivir sin hacer daño. Reconozco que una/o siempre piensa que sólo le pasa a ella/él. Pero somos muchos los que hemos tenido cerca la malicia, experiencias traumáticas, grandes desilusiones, frustraciones, deseos incumplidos y desesperanza. Cada cual, según su personalidad, dispara ante esas circunstancias donde más se siente seguro, que en tu caso, estimo, es el pensamiento reflexivo. En lo particular, hoy te centras en la envidia, la que es real, y normalmente proviene de personas que no han logrado lo de uno/a, y que encima es vulgar e ignorante y parece tener una muy buena vida.

No te equivoques: el envidioso no tiene paz y si alguna venganza quieres ejecutar: SIGUE SIENDO TÚ MISMO.

Sólo trata de estar con personas que te conozcan, quieran y respeten, y verás que todos tus pensamientos serán más positivos.

Te quiero mucho, bssss. BC 

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