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Monumento a Goethe y Schiller en Weimar. |
“A Yuichi se le ocultaba la frecuencia con que los hombres que aman a otros hombres se casan y son padres. Tampoco sabía que la mayoría de ellos contribuyen involuntariamente a la felicidad conyugal gracias a sus íntimas tendencias. Saturados hasta la náusea, con su esposa, del inoportuno banquetazo que es el sexo contrario, jamás se inclinan hacia otras mujeres. Muchos hombres que pasan por buenos maridos pertenecen a este gremio. Cuando tienen hijos, se comportan más como madres que como padres”.
Yukio Mishima. El color prohibido.
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