martes, 3 de julio de 2012

La película de la semana. La noche de Varennes. Ettore Scola. 1982.



En teoría Francia ya se había constituido en una monarquía constitucional y el Rey había jurado la Constitución ante la Asamblea.
En teoría...
Estamos en 1791, es decir, apenas dos años después del triunfo de la Revolución Francesa.
Pero la familia real se teme lo peor, y con razón, porque lo peor estaba a la vuelta de la esquina, la guillotina estaba esperando y no tardaría en llegar ese momento.
Entretanto hay un continuo tira y afloja entre las exigencias de los políticos revolucionarios y la dignidad del rey.
La situación se vuelve cada vez más insostenible, las humillaciones que tienen que sufrir el rey y la reina empiezan a ser inaguantables, y se ve claramente que son presagio de lo peor.
Al fin Luis XVI decide intentar la huida antes de que se tomen nuevas medidas sobre su persona y su familia que la hagan inviable.
Y una noche deciden huir a la frontera con Austria, donde en teoría les espera su hermano al mando de las tropas austriacas para rescatarlos, el lugar del encuentro es la pequeña población fronteriza de Varennes.
Abandonan el palacio de la Tullerías de noche y cruzan en su carruaje toda Francia, lo cual sirve para hacer un retrato de la Francia de la época y de su miseria, y para de paso explicar la razón de la Revolución.
Toda la película gira en torno a un segundo carruaje, un carruaje de postas con destino también a Varennes en el cual viajan Casanova, una condesa, dama de la corte de la reina, el escritor Restif de la Bretonne y un joven revolucionario americano.
El cóctel está servido, supuestamente, salvo la condesa no saben nada del carruaje que les precede en el camino, pero las sospechas son cada vez mayores, y entre ellos surgen las inevitables controversias sobre la situación política.
Al final el rey con su pequeño séquito es detenido en la fonda de Varennes en la que se alojan, apresados y conducidos de nuevo a París donde su situación empeorará acabando tanto el rey como la reina en el cadalso, y el Delfín a cargo de un cruel cancerbero.
El hermano del rey, futuro Luis XVIII tras la restauración monárquica, parece ser que no se dio mucha prisa por entrar con las tropas que capitaneaba en Varennes, jugó a la confusión, estaba ya pensando que mejor dejaba que apresaran a su hermano y así se convertía él en pretendiente al trono de Francia.
Marcelo Mastroianni  interpreta a un Casanova descreído y escéptico ya decadente, y Anna Schygulla, la actriz fetiche de Fassbinder, a la dama de la corte de María Antonieta, el resto del reparto es igualmente magnífico y muy apropiado.
La ambientación, el desarrollo de la trama, de la intriga, el vestuario, los diálogos, hacen que nos sumerjamos totalmente en ese momento histórico, clave en la historia de Francia y de Europa.

el paseante

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