Seat 124, la leyenda española que nació hace 50 años
En 1968
apareció en el mercado uno de los modelos más míticos de la marca
española, el coche deseado por la España del desarrollismo.
En 1968 circulaban por España alrededor de cuatro millones de vehículos, los cinturones de seguridad no eran obligatorios, los reposacabezas tampoco, incluso el retrovisor izquierdo
era opcional y había que pedirlo expresamente en el concesionario. Los
elevalunas eléctricos ni se pasaba por la imaginación de los
conductores. En medio de aquel panorama apareció el Seat 124 (más cómodo, más seguro) y terminó por revolucionar la automoción del país.
Casi todo el mundo quiso uno, cerca de 900.000 personas lo tuvieron, el modelo acabó convertido en una leyenda. Con razón Seat
ha echado la vista atrás y ha celebrado el 50 aniversario de uno de sus
coches más míticos, que llegó al mercado en pleno desarrollismo para completar la gama del fabricante.
Se vivía cierto aire nuevo en aquel 68 y muchas familias españolas podían empezar a soñar con un coche algo mayor que el 600, triunfante desde 1957. Esa fue una de las seis razones (entre otras, probablemente) por las que triunfó el Seat 124, el coche que se acomodó a los tiempos.
1. El Seat 124 se dio a conocer como “el coche del sentido común” por su carrocería de tamaño medio, su gran habitabilidad y unas prestaciones y manejo que lo acercaban a modelos superiores, principalmente por su baja cilindrada y reducido peso del conjunto.
2. El Seat 124 era una práctica berlina con capacidad para cinco pasajeros y un diseño moderno y juvenil. Con 4,04 metros de longitud (por 1,61 m de ancho y 1,42 de alto), ofrecía un espacio interior muy similar al de su hermano mayor, el Seat 1500, y un maletero de 385 litros de capacidad (similar a un Seat León, un Opel Astra o un Hyundai i30 actuales).
3. El modelo español acertó a cubrir las necesidades de una clase media cada vez más amplia y que necesitaba viajar con mayor comodidad y elegancia que en el 600: ya no hacía falta montar la inestable y peligrosa baca del techo.
4. Fue un turismo del segmento medio realmente moderno, con un motor y un confort avanzados para la época y pocos gastos de mantenimiento. Su motor de 1.197 cm3 ofrecía 60 CV de potencia (pesaba solo 855 kg) y alcanzaba una velocidad máxima de 140 km/h.
5. Apareció en el mercado en el momento exacto. Muchas familias ya podían aspirar a un coche de nivel medio y encontraron que el Seat 124 era el idóndeo. Cuando se puso a la venta en 1968 por 144.432 pesetas (868
euros), con un sueldo medio anual que rondaba las 70.000 pesetas (420
euros), no había verdaderos rivales en su segmento. El Simca 1200 se presentó en el Salón de Barcelona de abril de 1969, y la venta del Renault 12 no arrancó hasta 1970.
6. El Seat 124 partió con la ventaja de no tener competidores, pero posteriormente supo evolucionar con los años. Durante los 14 años de comercialización, aparecieron el 124-L (con ‘l de lujo’), una versión ranchera, el célebre 1430 (como variante derivada del modelo original), el SEAT 124 Sport Coupé 1600, el 124-D y, entre otros, la joya de la corona: el 1430 Especial 1600 “FU”. De todos ellos se vendieron, en total, 896.364 unidades.
Se vivía cierto aire nuevo en aquel 68 y muchas familias españolas podían empezar a soñar con un coche algo mayor que el 600, triunfante desde 1957. Esa fue una de las seis razones (entre otras, probablemente) por las que triunfó el Seat 124, el coche que se acomodó a los tiempos.
1. El Seat 124 se dio a conocer como “el coche del sentido común” por su carrocería de tamaño medio, su gran habitabilidad y unas prestaciones y manejo que lo acercaban a modelos superiores, principalmente por su baja cilindrada y reducido peso del conjunto.
2. El Seat 124 era una práctica berlina con capacidad para cinco pasajeros y un diseño moderno y juvenil. Con 4,04 metros de longitud (por 1,61 m de ancho y 1,42 de alto), ofrecía un espacio interior muy similar al de su hermano mayor, el Seat 1500, y un maletero de 385 litros de capacidad (similar a un Seat León, un Opel Astra o un Hyundai i30 actuales).
3. El modelo español acertó a cubrir las necesidades de una clase media cada vez más amplia y que necesitaba viajar con mayor comodidad y elegancia que en el 600: ya no hacía falta montar la inestable y peligrosa baca del techo.
4. Fue un turismo del segmento medio realmente moderno, con un motor y un confort avanzados para la época y pocos gastos de mantenimiento. Su motor de 1.197 cm3 ofrecía 60 CV de potencia (pesaba solo 855 kg) y alcanzaba una velocidad máxima de 140 km/h.
Aquel que poblaba las carreteras medio siglo atrás fue un coche muy divertido de conducir, todavía lo es: hace unos días la marca española puso en marcha cuatro modelos de su colección de históricos cerca de Sigüenza (Guadalajara), y era casi mayo de 1968 otra vez.
El Seat 124 era un turismo de ritmo alegre, conducción exigente y familia feliz, sin dirección asistida ni servofrenos, con un niño tumbado en el asiento de atrás que venía de serie, un maletero lleno, unas vacaciones por delante. Todo estaba en las manos y en los pies del conductor, sin ayudas electrónicas pero con un comportamiento sorprendente para los tiempos.
Los conductores veteranos lo recordarán: había que frenar con antelación suficiente e incluso en las rectas requería un tacto minucioso, un cuidado especial, ciertas correcciones constantes.
A cambio, ofrecía una conexión mucho más directa con el asfalto que algunos echarán de menos en los coches modernos. Por lo demás, asumía los baches con notable dignidad y transportaba a la familia, que era lo que los consumidores demandaban en aquel entonces.
6. El Seat 124 partió con la ventaja de no tener competidores, pero posteriormente supo evolucionar con los años. Durante los 14 años de comercialización, aparecieron el 124-L (con ‘l de lujo’), una versión ranchera, el célebre 1430 (como variante derivada del modelo original), el SEAT 124 Sport Coupé 1600, el 124-D y, entre otros, la joya de la corona: el 1430 Especial 1600 “FU”. De todos ellos se vendieron, en total, 896.364 unidades.
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