Machismo
y feminismo, quién pone puertas al campo?, hay cosas que no son tan simples
como se pretende, hay actitudes que no suponen ningún deseo de minusvalorar
sino por el contrario de poner en valor a una persona en otro plano, el
meramente sexual, si interactuamos en ese plano y es consentido por ambas partes
no creo que debamos trasladar ahí el discurso feminista o se nos cortaría el
rollo, resultaría castrante, y viceversa, no creo que resulte muy interesante
desear a alguien viéndolo a través de un discurso, sino solamente desde los
ojos del deseo mutuo y de sus propias reglas.
Hay
argumentos que suenan a verdaderos pero no son sino alteraciones de la
realidad, visiones sesgadas que venden en la opinión pública sus peroratas y
que dentro de lo políticamente correcto nadie se atreve a matizar, parece que
el hombre es siempre el opresor, y en el día a día se comprueba como la mujer
sabe manejarse en ese proceloso mundo de machismo-feminismo de manera mucho más
hábil y productiva que él, es más, pienso que hemos pasado al extremo opuesto y
la espada de Damocles del machismo como una amenaza permanente hace que el
discurso feminista engrase y movilice la maquinaria social en beneficio de la
mujer y en detrimento del hombre. Abruma tanta insistencia, hay quién hace de
eso su modus vivendi y quién se hace un nombre y un hueco social y profesional
a su costa, exagerando y reiterando hasta la saciedad algo que es ya más anecdótico
que sustancial, no se recuerda de manera tan continua algo infinitamente más
grave como las desigualdades sociales, la falta de oportunidades, la pobreza,
los niños que mueren de hambre en África.
Nadie
piensa ya en términos machistas salvo para hacer un chiste fácil que viene a
demostrar como el tema ya ha sido digerido e interiorizado por la mayoría de la
población pese a tanta machacona insistencia, porque en el fondo no es que la
mujer estuviera tan oprimida es que no estaba suficientemente reconocida como
se merecía, nada más, simplemente la mujer reinaba en ámbitos diferentes al
hombre, realizando funciones que desde otra óptica son incluso más esenciales a las que el hombre se veía obligado a realizar preso como estaba
también de su rol social y de sus exigencias, no lo olvidemos, víctima también.
Jamás
he pensado desde un plano superior en una mujer, más bien he pensado desde un
plano diferente y desde ese plano es desde el que me ha resultado interesante,
enriquecedor y educador mi trato con ella, sinceramente, para tratar con una
mujer que es como un hombre no me siento muy motivado porque en ese cambio
perdería toda la riqueza de la diferencia y de la aventura hacia la diversidad.
el
paseante
Más claro imposible. No sé a quién se le ocurre igualar a hombres con mujeres. Es bueno que ambos aprendan los roles del otro, por si - sobre todo - están en parejas, y la vida o la muerte los separa. La palabra clave es "aprender". No hay ciencia. Todos podemos hacer lo que hace la persona de sexo diferente: sólo depende de cuán rápido o lentos seamos para aprender. Como siempre, la libertad está en saber.
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