Estoy oxidada, Jota, no es que no
me alegre de volver a verte, no me malinterpretes, todo lo contrario, te he echado
mucho de menos. Lo que pasa es que el reencuentro es esa zona difusa entre la
relación imaginaria que he tenido contigo en tu ausencia, y la relación que se
materializa al volver a ser tu sombra. Siento lo mismo que cuando nos
despedimos, pero al revés, como si la despedida y el reencuentro fueran los
corchetes que marcan un paréntesis, y ya se sabe que después de un paréntesis (ese
extraño símbolo que encierra una explicación), siempre cuesta un poco retomar
el hilo de una historia. Estoy sufriendo un reajuste y necesito tiempo. Me
había acostumbrado a ser una vaga sombra sin dueño y de tanto vagar me he hecho
una vaga redomada, así que perdóname si esta vez no estoy muy inspirada…
La sombra del paseante
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