lunes, 2 de febrero de 2015

El Divas sin Carballo (Un asesino en las calles 91).




91 - El Divas sin Carballo.


Carballo recordaba sus noches de gloria en el Divas, sus grandes actuaciones, sentía nostalgia de todo aquello, volvería algún día al Divas Club?

Le gustaría poder volver a actuar sobre el escenario del Divas y cantar su canción favorita de Raphael:


el final muy cerca está
lo afrontare serenamente
ya ves yo he sido así
te lo diré sinceramente
viví la inmensidad
y no encontré jamás fronteras
si bien todo ello fue
a mi manera.

jamás viví un amor
que para mí fuera importante
tomé sólo la flor
y lo mejor de cada instante
viajé y disfruté
no sé si más, que otro cualquiera
y así logré seguir
a mi manera.

tal vez lloré, tal vez reí
tal vez gané o tal vez perdí
y ahora sé, que fui feliz
que si lloré también amé
y todo fue, puedo decir
a mi manera.

quizás yo desprecie
aquello que yo no comprendía
quizás también dude
cuando mejor me divertía
hoy sé que firme fui
y que afronte ser como era
y así logre seguir a mi manera.

porque sabrás que un hombre al fin
conocerás por su vivir
no hay porque hablar, ni que decir
ni hay que llorar, ni hay que fingir
puedo llegar hasta el final
a mi manera.


Esa letra repiqueteaba dentro de su cerebro mientras postrado en la cama del hospital recordaba lo que había sido su vida... Nada como un hospital para hacer balance.

Bueno, la canción en realidad era de Sinatra, pero al Comisario Carballo le encantaba el sentimiento y el desgarro con que la cantaba el gran Raphael, en su voz tenía otro significado, el significado de la desesperanza... 

Un balance de vida desde la cama del hospital, era algo que era inevitable, uno queda caído al lado del camino y ve lo recorrido hasta ese momento, qué ha hecho en la vida hasta ahora?, ésa es la pregunta, Carballo no sabía bien qué decirse a sí mismo, tenía una visión algo confusa de su vida, momentos felices que pasaron desapercibidos, momentos tristes que fueron vividos de una manera demasiado dramática tal vez, una falta de receptividad a la felicidad, y una receptividad muy acusada a la desgracia, una especie de hipersensibilidad a la desgracia y una especie de anestesia a la felicidad, tal vez eso era lo más destacable con carácter general, por otro lado veía el miedo, su miedo a la vida, ver la vida como una amenaza, y con los años cada vez la veía más de esa manera, se sentía frágil, incapaz de afrontarla en general aunque luego fuera capaz de salir adelante de una u otra forma como había demostrado... 

Había valido la pena vivir? Tal vez sí, había resultado interesante, curioso, una especie de experimento, como un juego de rol, te ponemos en la tierra y apáñatelas como puedas en función de tus circunstancias, and try to do your best, como dicen los angloparlantes, es decir, trata de sacar lo mejor de ti mismo, la clave era ésa, cada cual interpretaba lo que era mejor para sí mismo de manera diferente, sobrevivir al menos, si es que eres capaz, no siempre es fácil, sustento físico y psicológico, ser feliz, tener cierto nivel de confort, depende, el mundo es muy desigual, no todo el mundo tiene las mismas oportunidades, y frente a esto el maldito perfeccionismo de Carballo, desde niño pretendía que todo fuera perfecto, ahí chocaba con una cruda realidad y con gente variopinta que en ocasiones le causaba problemas, los otros seguramente verían todo a la inversa, complicado, un mundo de buenos y malos según desde donde se mire, pero la clave final de todo balance es que no se sabe bien para qué demonios sirve vivir, alguien se lo ha preguntado en alguna ocasión? 

Carballo miró a la ventana de la habitación, el visillo estaba iluminado por la glauca luz de un día nublado de invierno, una luz algo espectral, como si la tierra estuviera iluminada por un tubo de neón o algo parecido, una luz de la que parecía estar ausente la vida, una luz de muerte, pensamientos tristes en la soledad de una habitación de hospital, viendo la vida desde el otro lado, desde el revés de la trama, cuando más abstraído estaba Carballo en sus pensamientos el teléfono sonó de una manera estrepitosa, con un timbrazo agudo y destemplado que hizo volver a Carballo a la realidad.


(continuará)


No hay comentarios:

Publicar un comentario