martes, 24 de febrero de 2015

Además está mi maldita pereza.




Además está mi maldita pereza que se extiende por mi vida como una mancha de aceite y todo lo invade en ocasiones y más con la edad cuando las energías van debilitándose, la falta de energía hace que uno se vaya reduciendo a lo esencial, pero si uno deja que la pereza le venza totalmente acaba hecho una pena, una especie de despojo, conviene mantener un mínimo, y es ahí donde los horarios y la actividad laboral desarrollan su componente terapéutico, casi tendría uno que pagar por poder estar activo a partir de cierta edad, sentirse útil, objeto de la atención de alguien, comunicarse, participar en la vida como un actor más y no ser un simple espectador, eso es terapéutico.


Son reflexiones que me hago, una especie de cambio de punto de vista.


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