martes, 13 de diciembre de 2011

Piensa en Dios.


No pienses en ti.
Piensa en Dios.
En todo lo que puedes hacer por él.
Por él a través de tu prójimo.
Porque es a través de él como nosotros existimos.
Piensa en Dios en lugar de pensar sólo en ti.
Verás como la vida se ilumina con colores más bellos.
Y brilla un rayo de esperanza hasta en los peores momentos.
No mercantilices tu vida.
Trata de estar siempre en contacto con el espíritu de Dios.
Que a través de los hombres vive y reina entre nosotros.
Olvídate de ti siempre que puedas.
Y piensa en los demás.
En lo que necesitan de ti.
En lo que tú puedes darles.
Y otórgaselo.
Como quién da una ofrenda a Dios.

el paseante

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