La señora de la limpieza de mi oficina de vacaciones en Lanzarote. |
El otro día hablando con ella me confesó que su deporte favorito era la bicicleta, que lo practica siempre que puede.
Hasta aquí todo iba de lo más normal.
Pero cuando comenzó a hablarme del sillín de su bicicleta comencé a alarmarme.
Por lo visto ha quitado el sillín de la bici y en su lugar ha "instalado", así dice ella, ha "instalado" un consolador.
No os riáis, no me lo estoy inventando, ella es así.
Dice que siempre que sale a pedalear se pone una faldita corta, tableada, dice ella, y debajo va sin bragas, por supuesto, y se sube al sillín y "tira millas..."
Gallardón ha puesto en su barrio ya el carril bici, lo cual le facilita mucho las cosas, claro, el alcalde es que está en todo, siempre al tanto de las necesidades de los ciudadanos.
El problema, según me cuenta, es que ella es multiorgásmica, y apenas puede avanzar en su recorrido, cada dos por tres tiene que parar, y es que el traqueteo del sillín la pone a cien, y claro, como además es bastante escandalosa, se pone a dar alaridos de pasión como una desesperada con la bici entre las piernas.
Un número, el otro día, por lo visto, dos municipales le tomaron los datos y por la tarde se presentaron en su casa los muy sinvergüenzas.
Todo esto según su versión, claro.
Yo estoy asustado, no sé qué decir, ni qué hacer, ni qué cara poner cuando me cuenta estas cosas.
No sé si está esperando algo de mí.
Es fuerte, ¿verdad?
¿Muy fuerte?
el paseante
Por lo visto ha quitado el sillín de la bici y en su lugar ha "instalado", así dice ella, ha "instalado" un consolador.
No os riáis, no me lo estoy inventando, ella es así.
Dice que siempre que sale a pedalear se pone una faldita corta, tableada, dice ella, y debajo va sin bragas, por supuesto, y se sube al sillín y "tira millas..."
Gallardón ha puesto en su barrio ya el carril bici, lo cual le facilita mucho las cosas, claro, el alcalde es que está en todo, siempre al tanto de las necesidades de los ciudadanos.
El problema, según me cuenta, es que ella es multiorgásmica, y apenas puede avanzar en su recorrido, cada dos por tres tiene que parar, y es que el traqueteo del sillín la pone a cien, y claro, como además es bastante escandalosa, se pone a dar alaridos de pasión como una desesperada con la bici entre las piernas.
Un número, el otro día, por lo visto, dos municipales le tomaron los datos y por la tarde se presentaron en su casa los muy sinvergüenzas.
Todo esto según su versión, claro.
Yo estoy asustado, no sé qué decir, ni qué hacer, ni qué cara poner cuando me cuenta estas cosas.
No sé si está esperando algo de mí.
Es fuerte, ¿verdad?
¿Muy fuerte?
el paseante
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