sábado, 10 de diciembre de 2011

Plegaria a la luna.



Luna te doy mi vida, dame tu amor, te entrego toda esta ilusión que llevo dentro del corazón , si la quieres tómala, porque por aquí abajo no se sabe bien qué hacer con la ilusión, quédate con mi optimismo, con mi fe en los demás, con mis ganas de amar, de ayudar, de ser mejor cada día, quédate con todo, porque de verdad te digo que por aquí abajo todas esas cosas no sirven para nada hoy en día.
Quédate con todo lo mío y llévatelo a tu más allá de azul, plata y nubes, y quédatelo si es que te sirve de algo.
Soñé contigo tantas veces luna, soñé con tu amor, con tu cielo, con tu luz, te contemplé plateada brillar sobre el mar en la noche, y alejarte a la mañana cuando el sol volvía a reinar en el firmamento, te contemplé menguando y creciendo, y siempre supe esperar la noche en que con tu fascinante disco de oro finalmente nos dejabas a todos con la boca abierta.
Me despertaste tantas noches con tu luz, cayendo sobre mí a través de la ventana abierta de las noches de verano, y por mirarte me quedaba sin poder dormir, porque te amaba luna, como quién ama un sueño imposible, inalcanzable, inventado, fugaz.
Te me escapaste siempre, me prometías una felicidad que nunca llegaba, un amor que nunca se consumaba, una compañía que a la mañana se marchaba.
Me prometiste tantas cosas que nunca cumpliste luna, que ya no te creo.
Pero aún no creyéndote ya, no puedo dejar de creerte, porque sin ti me moriría, sin creer en ti, que es lo último en lo que se puede creer cuando todo se acaba, yo me moriría.
Y te sigo creyendo con el corazón, y siempre te creeré aunque mil veces más me engañes con toda tu belleza, con toda tu poesía, con toda tu falsa promesa de amor.
Te quiero luna.
Estate tranquila, nada puede con mi amor.
Con mi amor por ti que mueve montañas.
Un beso

el paseante

No hay comentarios:

Publicar un comentario