lunes, 5 de diciembre de 2011

Encarnación Arranz Martín. Semblanza.

Encarna Arranz o el elixir de la eterna juventud.
A  Encarna la conocí hace ya más de 10 años en un Master del que éramos alumnos, yo llegué tarde el primer día y sólo quedaba un puesto libre a su lado, la fuerza del destino que diría Mecano.
Nos hicimos amigos desde ese instante, yo quedé deslumbrado por su belleza, su simpatía y su buen rollo.
Con el tiempo llegamos a trabajar juntos y yo llegué a descubrir que tenía su carácter, a veces chocábamos, para recociliarnos nos "hacíamos" un teatro, como nosostros decíamos, es decir, nos íbamos al teatro, a ver algo de Bertold Bretch, de Ionesco, la Catarsis del tomatazo, o algo parecido, siempre algo de vanguardia y experimental, en las salas alternativas de Lavapiés.
Al principio de nuestra amistad hicimos juntos un viaje a Cuba, en enero de 1999 exactamente, junto con una amiga suya, Lupe.
Durante el viaje ella y yo discutíamos continuamente por razones ideológicas, yo por aquel entonces era menos de izquierdas que ahora.
Recuerdo que una tarde sentados en el lobby del hotel Nacional tomando unos daiquiris, tuvimos una bronca monumental, en su momento álgido, Encarna se levantó y se fue al baño, supongo que a empolvarse la nariz porque ella es bastante coqueta, la pobre Lupe se quedó conmigo, debía de estar hasta las narices de aguantarnos todo el viaje discutiendo, me miró meditativa mientras tomaba un sorbo de su daiquiri helado y me dijo:
- A Encarna no le hagas mucho caso, ella dice que es muy de izquierdas pero le gusta vivir de puta madre.
Es la mejor definición que se podía hacer.
Desde entonces con ella soy más de izquierdas que Trosky y todo va como la seda, ahora bien, yo creo que no se lo cree del todo.
Lupe es muy certera en sus opiniones, siempre que nos veía juntos al cabo de un rato de observarnos acababa diciendo:
- Oye Encarna yo creo que este tío está enamorado de ti.
En fin, un apuro para los dos.
Lupe por aquel entonces tenía un novio adivino, así lo llamaba yo porque echaba las cartas del tarot.
Un saludo Rafa si nos estás leyendo.
A Rafa sigo yendo a que me eche las cartas de vez en cuando, es muy buen terapeuta, te dice siempre lo que quieres oir, y siempre me pregunta por Encarna y por Lupe.
¡Qué tiempos aquellos!
Por cierto, mi vocación frustrada, una de ellas, es ser como Rafa, adivino.
Bueno, me he ido un poco por las ramas, pues eso, que "my Encar", o Encarmov, como yo la llamo, es mi amor imposible, porque yo a ella no le gusto y porque tiene un carácter algo difícil en algunas ocasiones aunque en otras es encantadora, y porque no seré nunca lo bastante de izquierdas para ella.
Salvo por esos tres pequeños detalles es la mujer perfecta, y además también tiene gato...
Un beso "my Encar", y gracias por tu amistad y por tu inteligencia,
el paseante

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