Inesperada la victoria de Trump, ahora resulta que era
previsible aunque no la predijeron, curioso, con las estadísticas ya se sabe,
primero se ponen el parche y luego tiran la piedra, por decir algo, la mayoría
estamos sorprendidos y asustados, las declaraciones que ha hecho durante la
campaña han sido muy problemáticas, ya veremos por dónde va y, sobre todo,
hasta dónde le dejan llegar si es que persevera en sus propósitos, las fuerzas
en equilibrio también benefician a USA, y ellos no son el único factor, eso a
nivel internacional, a nivel interno del país ya se sabe, la economía es como
un juego de palillos chinos, intenta quitar uno sin mover el resto, comprobarás
lo difícil que es.
Eso en cuanto al margen de maniobra que pueda tener, en el
aspecto ya más personal me parece delirante que haya llegado a la Casa Blanca
alguien así, y no lo digo peyorativamente sino remarcando su carácter
heterodoxo en un mundo para el que Hillary lleva entrenándose durante lustros,
Trump es un soplo de aire fresco, no cabe duda, diferente a lo que es habitual,
explosivo, provocador, disparatado, con una energía poco vista entre la clase
política siempre tan timorata y políticamente correcta en general, lo cual
también tiene su toque positivo para ir abriendo las puertas a otras formas de
estar en política menos encorsetadas y más espontáneas, justamente esto es lo
que le ha faltado a Hillary y lo que en mi opinión ha hecho que perdiera,
demasiado circunspecta, prudente, correcta, convencional, aburrida, poco
innovadora, muy continuista.
Si el electorado percibe que las cosas no van bien desde
hace mucho tiempo cómo van a votar a la persona que va a dar continuidad a todo
lo anterior, más vale arriesgarse y ver qué pasa, la esperanza es lo último que
se pierde.
Me hace sonreír el hecho de que los políticos se califiquen
unos a otros de populistas, yo creo que todos lo son, los que no se consideran
populistas es porque tienen ya un discurso tan manido que a fuerza de ser
escuchado parece que no es populista pero que escuchado con atención es parte
del populismo más aceptado y extendido, el de lo políticamente correcto, ese
pensamiento único que les hace a la mayoría andar como si fueran pisando
huevos.
Oí en directo el miércoles el discurso de Hillary, luego oí
el de Obama y después busqué el de Trump celebrando la victoria del que sólo oí
fragmentos.
Hillary he de reconocer que me gustó, me transmitió firmeza,
serenidad, ecuanimidad, me pareció muy razonable, segura de sí misma, con ideas
claras, sabiendo a dónde va, con una gran energía pese a las circunstancias y
una elegancia a la hora de decir todo lo que tenía que decir para dejar bien puestos
los puntos sobre las íes.
A Obama le vi más derrotado que a Hillary, lógico, al fin y
al cabo se juzgaba su mandato y no ha pasado la prueba.
Trump conciliador, cambió el tono nada más ganar, supongo
que algo lógico en un hombre de empresa es saber diferenciar el marketing de la
gestión, el marketing le ha dado la victoria, ahora viene la gestión, la cruda
luz de la mañana.
El paseante
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