Quería
escribir sobre la amistad, lo primero plantear si eso que llamamos amistad
existe tal y como la concebimos, es decir, si se realiza en el mundo real o por
el contrario es un espejismo siempre, con frecuencia los amigos vienen y se
van, nosotros hacemos lo mismo, podría decirse que la amistad es un sentimiento
volátil y también cambiante, varía en su profundidad no sólo entre dos personas
y otras dos diferentes, sino dentro de esas mismas dos personas puede variar en
el tiempo e incluso desaparecer, extinguirse.
En mi caso
lo de la extinción es una tendencia generalmente imparable, ni idea de las
causas que, de seguro, serán múltiples y variadas según de la amistad de que se
trate, la amistad suele ser además interesada, toda relación humana se basa en
el interés, en la satisfacción del ego, igual que las relaciones de pareja, son
un toma y daca de diferentes aspectos que valoramos o consideramos apreciables
en el otro y que queremos tener, apropiarnos de ellos, capitalizarlos.
La amistad
como el amor es capitalista, acumula, también se pierde, se extingue, entra en
bancarrota, desde ese punto de vista la contemplo yo, y también desde el punto
de vista de la representación teatral, somos quién quiere el amigo que seamos
aunque en realidad no lo seamos, somos conscientes de ello como en un juego, y
al contrario el amigo es para nosotros lo que queremos que sea, lo sea o no, basta
con que actúe representándolo, eso no importa, la decadencia de la amistad
comienza precisamente cuando termina la representación teatral, cae el telón y
los actores se quitan el maquillaje.
He tenido
amigos-as de todo tipo, los interesados en el estatus, en la apariencia física,
en el interés económico, sentimental, en el brillo intelectual, en las
relaciones sociales, en la clase social, en el corporativismo, variados como la
nubosidad y como las nubes siempre pasajeros, a veces más duraderos, otras menos,
a veces de desaparición lenta y otras veces repentina.
Creo que eso
es la amistad básicamente, la representación, la conveniencia, la fugacidad, y
siempre el ego detrás, nunca el desinterés, hasta en las amistades más aparentemente
generosas.
El paseante
Wow!! Qué triste.
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