domingo, 4 de septiembre de 2016

La derrota aceptada.




Hola amigo: ¡Cuánto tiempo! Quisiera saber de tí, que hablemos alguna vez por teléfono.
Yo estoy unos días bien, y otros días, más o menos. Son durísimos los 56 años, es como que ya no tienes pretexto para nada, y que todas las batallas se han perdido.
Algunos días parece que estoy eufórica, con ganas de continuar, y de exigirme más, y otros días, me digo para mí misma: "- ... para qué". Nada de lo que ya haga quedará ni será visto o revisado por nadie más.
Ni a mí misma me place hacerlo, y encima no le encuentro satisfacción a la acción en sí.
Me despierto, me ducho, le doy de comer a Kiwi, desayuno con ella, me visto, reviso los mails, vengo al trabajo, salgo del trabajo, me voy a casa, almuerzo, me voy al trabajo del Hospital, salgo del trabajo del Hospital, me voy a casa, camino con Kiwi, le doy su cena, me acuesto, leo un poco y me duermo. A las dos de la mañana ya estoy despierta y escucho radio hasta la hora de levantarme. Y así es de lunes a viernes.
Los feriados es igual, salvo que no salgo a trabajar, y en esas horas trato de leer más, de caminar más, de ver a mis amigas.
Ya no tengo sueños, y así es mejor. Casi como que hice coincidir la expectativa con la percepción (palabras que tanto hemos usado hasta aprenderlas en carne propia).
Sobrevivo, porque si me mato me voy al infierno.
Disculpa mi relato deprimente, pero yo sé que tú me entiendes. Sólo debo descubrir las bondades de la pereza y me sentiré mejor.
Bss. BC

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Bueno amiga pues tal cual, esta noche llegué a tener tus mismos pensamientos y me sentí tan irrelevante e insignificante que creo entendí el verdadero sentido de la vida, de cualquier vida, su irrelevancia, lo demás son fantasías, yo la verdad es que sigo vivo por mis padres y mis mascotas, ya te lo dije en más de una ocasión, de ahí he sacado la razón para seguir vivo, tú tienes a tus hijos, también te digo que más por mis mascotas que por mis padres sigo vivo, mis mascotas morirían desde el minuto 2 de mi fallecimiento, estoy convencido, sin embargo mis padres cuentan con otros apoyos familiares y sociales, las personas siempre tenemos una mayor cobertura, y la pena que les daría perderme sería un tanto relativa dado que todos acabamos aceptando tarde o temprano lo inevitable.

En este momento de mi vida miro hacia atrás y pienso: para qué todo esto?, y no obtengo respuesta, me parece un juego vacío de contenido la vida, no sólo la mía sino la de cualquiera, hay una película que creo es Qué bello es vivir de Frank Cappa, en ella se plantea la hipótesis de que retrospectivamente el protagonista no hubiera existido, y se analizan las consecuencias nefastas que ello hubiera tenido, ahí se ve como cualquier persona siempre que sea buena tiene un efecto positivo en los demás, también me agarro a este argumento y hago con mi vida lo que Cappa propone, bueno, cierta utilidad veo, claro, hazlo tú también, verás como tu vida toma un cariz en positivo, también saco ánimo de ejemplos como el de Juan Pablo II y Teresa de Calcuta, ahora ya santa también, ellos dos con su ejemplo me hacen ver el significado profundo de la espiritualidad, la generosidad, la entrega, el sacrificio, pienso que estamos muy metidos en la cultura del placer y eso nos hace infelices, para esos momentos en que añoro el placer pienso en mis momentos felices del pasado y mi vida se reilumina, y cuando siento añoranza de la belleza me miro en el espejo (bueno esto es una broma narcisista), como te decía cuando siento añoranza de la belleza rememoro mis veranos en Ibiza y algún recuerdo de ciertas personas, momentos, instantes felices de una rotunda plenitud, de la que he de decir fui plenamente consciente cuando se produjeron.
Y una vez más volvemos a Yourcenar y su derrota aceptada, recuerda: llega un momento para todo hombre en que la vida es una derrota aceptada, frase que puede considerarse a estas alturas como nuestro grito de guerra, o no?
Bss


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