359 - Mundo
Y qué haré
yo ahora con mi vida?
Vivirla
sin entenderla?
No
comprendo ya nada
Se me
perdió su significado
Y ahora
qué?
Dónde se
fue aquella certeza
Que sólo
vivir pedía?
Desaparecida
está
Ahora lo
comprendo
No había
nada
Nunca hubo
nada fuera de mí
Sólo
dentro de mí estaba el mundo
Girando en
mi conciencia inmaculada
Que hoy
manchada lo ha detenido
Un mundo
estático ya
Como un
pasado congelado
Que nadie
volverá a hacer girar
Un planeta
que gravita
Perdido
por un cielo sin final
Vagabundo
eterno
360 –
Déjame herido
Déjame herido!
Déjame herido en tu vientre medio deshojado
Déjame herido!
Déjame herido en la palma de tu mano
Y déjame soñar
Déjame soñar que no hay un resquicio de sosiego
para el alma
… déjame solo
Déjame solo en este erial en que me encuentro
Donde no me queda nada por abandonar
361 – Tan
cerca de ti
Tan cerca de ti guardo yo mi sueño
En la nave cerrada de la noche
Ajena al batir de las alas te asomas
A la atalaya que mira hacia la montaña
Descansa tan cerca tu rostro del mío
Que con apenas alargar mi mano podría tocarte
Y tu verticalidad contra el horizonte azul
Hace ajenas las penas de mi sueño
Tan cerca de ti duermen mudos todos mis deseos
En la nave cerrada de la noche
362 –
Cinestudio Griffith
Al salir de la sala de cine
Templo maravilloso
Su cabeza se daba golpes con las estrellas
Y la luna se le ofreció por almohada
Siguió mirando hacia abajo
Vio la orilla
Y a las espadañas recolectando el néctar del río
La luna blanca como la cara del cine
Se reflejaba en el río
Intermitentemente chocaba en la lenta corriente
363 – Hay
una hora del día
Hay una hora del día en que no sé pensar en ti
Y esa hora es el pecado
Por más que lo intento fracaso
En la hora de la luz total
Cuando pierdo en mí tu recuerdo
Sólo veo entonces las cosas
El reloj
La carretera
Y yo sólo en tu espejo encuentro
Todo lo que siempre permanece
364 – Mi
cráneo
Mi cráneo
Estructura de hierro y acero
Las mandíbulas
Dos hoces que bambolean cerrando el cofre
descomunal
Pómulos
Esperan en calma la lucha
Dentro arquea su torso un niño
Empuja el mentón gris
Engulle, desafía
Una medialuna muy negra cierra el rostro
Es de piedra
Soy su estatua
365 – Nada
deja herida
Nada deja herida
Sólo huellas
Pasa ligera
Rozamos su superficie herrumbrosa
Sentimos el paso cadencioso y neutro
El péndulo del tic-tac del mundo
Pone tibia toda la rotación de tu ser
Sobre las ideas
Que vuelan
Y detienen su bajel en aquél que no espera
Razonan
7 poemas de juventud
José Ramón Carballo
José Ramón Carballo
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