lunes, 21 de julio de 2014

La reflexión de la semana (8). La inocencia.



La inocencia tiene la misma cualidad, lo que cambia es la asociación. El niño posee la misma inocencia pero está asociada a la ignorancia, por lo tanto, no tiene ningún valor. El sabio también posee la misma inocencia, sin embargo, ya no está asociada a la ignorancia, por eso tiene un enorme valor; ha florecido la sabiduría. El niño no sabe; el sabio tampoco sabe, pero sabe que no sabe; esa es la diferencia.

Dado que el niño no sabe que es ignorante, está destinado a acumular conocimientos para disimular su ignorancia. También quiere ser culto como todos los demás, y quiere hacerlo lo antes posible. El hombre sabio ya no es ignorante, y por lo tanto, no necesita conocimientos. Es como cuando estás enfermo y necesitas una medicina. Cuando vuelves a estar sano desechas la medicina.

La cultura es una medicina para la ignorancia. pero si no hay ignorancia, ¿para qué quieres todas esas medicinas? Dáselas a alguna sociedad; ellos se encargarán de almacenar todo tipo de medicinas.

El hombre sabio no es un erudito.

La sabiduría tiene una cualidad completamente distinta.

Él ve. Es alguien que puede ver.

No está informado sino transformado. Ha alcanzado un nuevo estado de conciencia desde el que puede ver a mucha distancia.

Osho
No tienes nada que perder

No hay comentarios:

Publicar un comentario