martes, 1 de julio de 2014

La película de la semana. Ocho apellidos vascos. Emilio Martínez Lázaro. 2014.




Bueno, bueno, bueno, en lugar de echarme la siesta he visto esta película, en el portátil, tumbado en la cama, en un dvd pirata, de los negros, top manta, creo que he dinamitado esta tarde todas mis esencias cinéfilas, no me voy a disculpar de nada, un mal día lo tiene cualquiera, que si el dvd me lo han dejado, que si sentía curiosidad por verla, que si quería reírme un rato.

No vale la pena disculparme, no veo la tele y voy y me pongo a ver esto, la verdad es que no es Visconti precisamente, ni Howard Hawks, ni siquiera es Billy Wilder, por no ser no es ni Carlos Saura, no es ni siquiera una película americana de serie B, ni un telefilme americano que los hay excelentes, no es nada, parece el trabajo de fin de curso de unos alumnos de COU, de aficionados, y es en realidad la película más taquillera del cine español, recuerdo que en el centro comercial de mi barrio la proyectaban en 3 salas simultáneamente y se agotaban las entradas para todos los pases, lo nunca visto, terrible, la formación cinematográfica del español medio está por los suelos, entronca con las peores películas del landismo pero sin poder tener en encanto antropológico de aquellas españoladas, hacer ahora esa misma arqueología resulta algo espeluznante, y eso es la película, un ejercicio arqueológico del peor cine español, un dinero tirado a la basura.

Tampoco quiero pasarme, después de tantas películas geniales en la película de la semana tocaba un garbanzo negro, por no ser no es ni graciosa, lugares comunes, tópicos, eso sí, lo único aprovechable Carmen Machi, pero eso es harina de otro costal, esa mujer podría incluso haber salvado la película pero ni ella ha podido levantarla y la película al final se cae toda, tan mala es que lo único aprovechable aparte de la Machi son los del Río, un cuadro, una oportunidad perdida porque el tema hubiera dado juego para haberlo tratado con más inteligencia y sutileza y hubiera dado pie a una comedia de costumbres, un cuadro satírico tal vez con una historia de amor de fondo, pero nada, habrá que esperar a que los americanos compren los derechos y hagan una película con la idea, y entonces podremos ver al fin algo de cine y no una filmación de unos alumnos de COU.

El paseante

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