miércoles, 23 de julio de 2014

Franco y yo (tercera parte).




De tanto hablar de Franco vais a pensar que soy franquista o algo así, pues de eso nada, más bien soy de izquierdas, en realidad soy de izquierdas en tanto en cuanto el Comunismo no es más que una herejía del cristianismo, creo sólo en las enseñanzas de Jesús de Nazaret, en su ejemplo, y en Dios, en realidad para ser precisos se podría decir que soy deísta, así sin más, creo que eso es lo que mejor sintetiza mis más profundas y enraizadas creencias, que más que creencias son lisa y llanamente fe en Dios, algo tan absoluto y radical como eso.

Para mí la única revolución pendiente siempre y posible es la de la fe en Dios, nada más, el resto puras falacias interesadas, vilezas humanas, torpes remedos del más grande ideario que ha tenido la humanidad y que ha perdurado durante más de 20 siglos haciendo que el mundo sea mejor, el cristianismo.

Quede esto claro antes de volver a Franco, pero es que Franco y yo convivimos de alguna manera durante 15 años, los primeros 15 años de mi vida y esa convivencia a mí me dejó marcado indudablemente, aunque la verdad es que Franco nunca me hizo mucho caso, más bien ningún caso, pasó de mí, no debía de saber ni que yo existía, además yo era un niño, es decir, poca cosa en aquellos tiempos, pero yo sí supe de su existencia y él en cierta medida marcó mi vida, más a través de su reflejo en mis mayores y en el reflejo sucesivo que ellos hacían de él en mí, desde ese punto de vista no puedo negar que ese reflejo que a mí me llegaba era muy positivo, de salvador, héroe, benefactor, padre de la patria, lo siento pero eso es así, y he de reconocerlo, sin poder decir eso mi terapia psico-política nunca estaría completa.

Luego fui enterándome de otras cosas que sucedieron durante el franquismo mientras yo me dedicaba a montar en bicicleta, claro, tuve tal vez con el pasar del tiempo una visión más matizada, más compleja, más cuestionable en sus múltiples matices, pero la primera huella es la primera huella, y esa permanece indeleble grabada en mí por mis mayores, Franco fue ante todo el libertador de España de la barbarie.

Y ahora qué es Franco para mí, pues pienso que un personaje al que no se ha tratado con justicia ni cuando gobernaba ni después, es decir, ni cuando todos le hacía la ola, ni cuando todos le vilipendiaban, creo además que habría que analizarle en el contexto histórico, en la situación de España y no analizarlo con los ojos de ahora, ni disculpo ni denigro nada, creo que ha faltado objetividad en el análisis del franquismo y que en los movimientos pendulares de la historia hemos pasado los españoles de sacralizarlo a vilipendiarlo sin que ni lo uno ni lo otro sea objetivo, pero cuándo la historia ha sido objetiva?, me pregunto.

El paseante

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