martes, 12 de noviembre de 2019

Rivera end.




Es el político más marketiniano de todos, es como un producto que se anuncia para que lo compres, todo el ímpetu y el atrevimiento que ha tenido para promocionarse ahora le ha valido estrellarse, pero parece que no está muy afectado por el fracaso, tan disparatada ha sido su actitud últimamente que se diría buscaba marcharse y esta era la mejor coartada, el fracaso.

Son impresiones, pero lo que me transmitía era poca seriedad, poco rigor y coherencia, mucha improvisación y acelere, lo contrario a lo que uno busca en alguien para que gobierne, una madurez, un equilibrio. El último adoquín que exhibió en el debate electoral fue su ruina, esa visión puso en claro que más que pretender resolver los problemas pretendía siempre vender el producto a toda costa.

No me imagino una entrevista en profundidad con Albert Rivera, poco calado, y me pasa lo mismo con Inés Arrimadas, son muy frontales, poco sutiles, escasamente comprensivos, muy impositivos, los problemas se resuelven escuchando y hablando, sus estrategias de choque no tienen mucha cabida porque no resuelven los problemas, sucede lo mismo con Cayetana, está en la misma onda, provocación y resistencia numantina, la política como una guerra cuando una sola palabra adecuada y en el momento justo hace más que cualquier enfrentamiento.

Va en formas de ser, a mí me parecen políticos muy superficiales, muy del momento, coyunturales, el mismo estilo de Vox, se oponen a todo lo que hasta ahora ha constituido la esencia de nuestro sistema político en cuanto a ideas y convivencia pacífica, son exaltados.

Va en gustos, confío más en otro tipo de políticos de menos artificios, más templados, sensatos, más analíticos, reflexivos, coherentes, más circunspectos también, sacar un adoquín en un debate televisado no es serio, es una astracanada, una boutade, que rebaja la política, la degrada, ese adoquín ha sido el fin de Rivera, una imagen vale más que mil palabras y le ha costado el puesto.


El paseante


1 comentario:

  1. Qué buena explicación de los resultados. Vale decir que en Sudamérica la superficialidad y la improvisación para gobernar están costando vidas. Por aquí finalmente llegaron al poder los poco serios. Así estamos ...

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