El de la foto
no es otro sino Helmunt Berger, el actor fetiche de Visconti, la foto me dio el
motivo para escribir el comentario sobre la gabardina, el aire clásico de la
prenda se ve potenciado por la foto color sepia como emulando las fotos de
Bogart con su sempiterna gabardina en las películas clásicas de cine negro,
pero resulta más elegante la forma de llevarla de Helmunt, permítaseme la
confianza de llamarle tan familiarmente, mejor decir tal vez señor Berger,
cuando eres joven y guapo a la par que elegante y vas bien vestido además, todo
te sienta bien, lo sé por experiencia, permítaseme la inmodestia, pero hay a la
par que saber envejecer con dignidad y no pretender seguir siendo joven sino
simplemente estar bien para tu edad y resultar atractivo, o por mejor decir,
interesante, los hombres se vuelven interesantes, hay hombres feos de jóvenes
que mejoran con la edad y viceversa, hay que saber mantenerse, la juventud, la
belleza, no duran siempre, el atractivo personal y la elegancia pueden hasta
incrementarse con la edad, creo que puede ser mi caso, y van ya dos
inmodestias, pero son broma, claro.
Tengo una
gabardina parecida heredada de mi padre, muy similar, marca Massimo Dutti, de
un verde muy favorecedor, medio caqui, medio ocre, medio todo, y con el clásico
corte de trinchera, como ésta, son muy ponibles en época de lluvia y combinan
bien con cualquier estilo de vestimenta, sea ésta más informal o clásica, y
confortables, uno se siente elegante, tan amplias, envolventes, estructuradas,
con ese toque militar y gentleman tan british, eso sí, hay que tener cuidado en
no perder el cinturón, la prenda quedaría descabalada, pero resulta esencial
llevarlo porque entalla la figura y la estiliza, parezco un crítico de Cibeles fashion
week.
Creo que
parte del encanto de la foto es junto con la belleza del modelo el contraste de
la juventud con una prenda clásica, muy bien elegidas por cierto la camisa y la
corbata y esa melena deja vu tan
cuidada que dulcifica la fuerza masculina de la prenda, exagerando es como si
al David de Miguel Ángel le pusiéramos una gabardina de Fendi, porque en
aquellos tiempos no existía Massimo Dutti y si hubiera existido no creo que mr
Berger en la cresta de la ola como estaba hubiera recurrido a esa marca
precisamente.
Bueno, basta
ya de tonterías, esta tarde llovió torrencialmente en Madrid, pero ahora las
lluvias son tan poco constantes que la prenda queda fuera de contexto de un
momento para otro, creo que los cambios climáticos la han perjudicado y han ido
arrinconándola al fondo de armario de algunos nostálgicos como yo que de vez en
cuando me la pongo y algún gracioso me dice que parezco el teniente Colombo.
Por cierto,
otro que llevaba la gabardina con bastante gracia era Banachek, pero con ese no
me comparan nunca, las tiran con bala.
El paseante
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