martes, 21 de febrero de 2012

La erección del miércoles (9).


Mi primera erección.

Yo de pequeño siempre creí que acabaría trabajando en un circo, y es que pensaba que sólo yo tenía erecciones, por las mañanas tenía que tardar un rato en levantarme de la cama, en mi familia se pensaban que era pereza pero era por vergüenza de que me vieran en ese estado, siempre pensé que si lo descubrían me hubieran vendido a un circo, como lo de la mujer barbuda o algo parecido, tal era mi ignorancia de la naturaleza humana que me creía único (algo muy mío) en lo de las erecciones.
De esos temas no se podía hablar con nadie porque todo era pecado y lo relativo al sexo más pecado aún.
En el colegio cuando me confesaba en la misa semanal no sabía ya qué pecados inventarme, todos eran mentira porque yo era muy bueno y no pecaba nada, luego, ya de más mayor, cambié mucho, me hice malo, ley de vida y de la naturaleza.
Recuerdo que en una ocasión después de confesarle al cura que había regañado con mi hermanita y había desobedecido a mi madre, lo típico que decía siempre, o también que me había pegado con algún compañero de colegio, el cura me preguntó que si me tocaba, yo no le entendía, ¿tocarme?, pues sí, claro, le contesté, y me sigue preguntando que qué era lo que me "tocaba", yo estaba perdido, ¿qué buscaba el cura?, le dije que tenía que tocarme a veces sin querer, y me pregunta que por qué, le respondí que era inevitable tocarse, acabamos metidos en un callejón sin salida de dobles significados por él inventados, total, un lío, lo malo fue la penitencia, me pasé toda la tarde rezando con mi madre en casa, un rosario entero que como yo no sabía rezar casi ella me tuvo que ayudar.
Lo que había que hacer para ganar el cielo...
Mucho tiempo después descubrí que el cielo te hace ganarlo la vida misma, no necesitas más, la vida sin más incluye toda la penitencia imaginable por todos los pecados o pecadillos que hayas podido cometer.
La vida, esa penitencia inagotable, porque si el mundo no es sino un paño de lágrimas para qué queremos más penitencia.
Pues nada más, que tengáis felices erecciones esta semana los que podáis tenerlas...
Y los que no, tratar de disfrutar con algún sustitutivo.
A este paso me van a dar la Gran Cruz de Isabel la Católica por mi labor en pro de la difusión de las erecciones.
Besos,

el paseante

1 comentario:

  1. Excelente testimonio amigo es una anécdota muy erótico. Puesto que. Me hace recordar que un amigo dormía con la madre. Y él me comentaba que. Todas las mañanas amanecía como roca. Puesto que. Tenía la vejiga llena de orina y que. Ya estaba acostumbrado que la mamá lo.viera así , en mi caso. Si fuera más chico e inocente tal vez no me daría pena

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