miércoles, 15 de febrero de 2012

El cuadro de la semana. Marilyn. Andy Warhol.


Genial, simplemente genial, Warhol pintó a Marilyn, bueno, más bien coloreo una foto, y el resultado una obra de arte.
¿Seguro?
Sí, seguro.
¿Y por qué?
Pues porque es algo original, como un experimento nuevo, una innovación, y porque me encanta, y en consecuencia "para mí" es una obra de arte incuestionable.
Warhol, Warhol, Warhol...
En ocasiones sueño con este retrato y digo su nombre en un susurro soñoliento...
Warhol, Warhol, Warhol...
Creo que estoy enamorado...
No de Warhol, claro, sino del cuadro, o más bien será que estoy enamorado de Marilyn.
Nadie como Warhol pintó o retrató a Marilyn, como quiera decirse, da igual, es un retrato, mezcla de foto y pintura, puro pop art, al fin y al cabo Warhol se inventó el pop art, como no sabía pintar se dedicó a hacer pastiches de una gran fuerza visual, la lata de sopa Campbell, el retrato de Mao Tse Tung, y otros inventos.
El resultado, un hito en la historia del arte, algo que ha quedado para siempre en nuestra retina, de lo que no te puedes olvidar ya nunca.
¿Y por qué no te puedes olvidar ya nunca?
Porque Warhol fue el creador, el inventor de la modernidad, con él la modernidad tomó forma a base de unos arquetipos que ya se han incorporado al subconsciente colectivo de todos nosotros.
Marilyn arquetípica.
Sí, mi Marilyn es la Marilyn de Warhol, más Marilyn que la misma Marilyn.
Una Marilyn radiactiva, un holograma de Marilyn.

I love you Marilyn,

Mr. paseante

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