martes, 21 de febrero de 2012

El complejo de Peter Pan.







Es más complicado de lo que a primera vista parece, es un fenómeno de nuestros días, de la sociedad de hoy, de la economía del bienestar, Freud no llegó a tiempo para poder estudiarlo, pero hoy por hoy es un complejo mucho más extendido que el complejo de Edipo, nada que ver además, este complejo, el de Peter Pan, es mucho menos complejo, valga la redundancia, es, por decirlo de alguna manera, un complejo simple, en consonancia con la simplicidad de nuestros tiempos, además es un complejo cómodo, muy propio de la economía del bienestar en la que vivimos como digo, está pensado no en perjuicio del que lo padece sino en su beneficio, por eso es tan difícil de curar, su erradicación total es prácticamente imposible, porque está pensado en beneficio del paciente, y nunca mejor dicho lo de paciente porque le permite llevar una vida tranquila, cómoda, sin preocupaciones, es de los pocos complejos que procuran placer y no dolor.

Empieza en la niñez y en ocasiones no termina nunca, hay ancianos que lo padecen y son encantadores, tan tiernos, como niños ancianos, y es que si uno no se lo quita de encima pronto como con la edad se va volviendo uno como un niño de nuevo, pues el complejo se queda adherido a ti para siempre, y ése es mi caso.

Padezco el complejo de Peter Pan, no me importa reconocerlo, estoy orgulloso de padecerlo, y me gustaría ser capaz de conservarlo siempre.

Soy inmaduro, irresponsable, infantil, necesitado de protección, de cariño, de mimos, me gusta jugar, que me den todo hecho, que me cuiden, que se preocupen de mi, por gustarme me gusta hasta que me den la teta.

El que sufre complejo de Peter Pan quiere pasarse toda su vida chupando de la teta, ésa es la mejor definición que conozco.

Si es que hay terapia no la quiero, todo lo contrario, quiero una terapia para no perderlo nunca, para padecerlo siempre.

Pero quién quiere ser adulto a estas alturas, me pregunto, quién quiere asumir responsabilidades, quién quiere emanciparse, ser fuerte, ser duro, ser sostén de los demás, nadie.

Me gusta que me sostengan, no quiero ser sostén de nadie.

Me gusta que me lleven en brazos.

Viva Peter Pan!!!!!!!!


Un beso,


el paseante

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