lunes, 26 de mayo de 2014

Mi voto en las elecciones europeas.

 



Mi voto en las elecciones europeas


Metí la pata a buen seguro, lo sospecho, fui a votar con el corazón, después de haber visto la tarde anterior la película sobre Antonio Vega, Tu voz entre otras mil, no se me podía pedir que fuera a votar con la cabeza, la cabeza se quedó en casa esperándome el resto del fin de semana, y yo me fui con el corazón a la calle, sólo era corazón, y con él voté, y ya se sabe eso de que el corazón siempre es de izquierdas, bueno, al menos el mío, está claro que habiendo visto una película sobre la movida madrileña el día antes, en la cual aparecía Tierno Galván, estaba ligeramente abducido a votar izquierda.

Qué tonterías digo!, verdad?, a veces soy un poco tonto, me lo noto, como un tanto frívolo, votar es algo serio, no se puede votar como por votar, pero hay que reconocer que para votar realmente hay que votar con el corazón, porque lo otro no es votar, lo otro es decidir, y el voto es un acto emocional, sentimental, nada de raciocinio, porque la política es el reino de la pasión y no de la razón, siempre que he votado lo he hecho de corazón, y si no he votado no he votado con la cabeza.

Además está claro que dado cómo están las cosas o votas con el corazón o no votas.

Ya sé que dije que el mejor candidato era Cañete, y lo sigo pensando, pero eso lo dije con la cabeza, ya sé que dije que Valenciano era como Zapatero, político y nada más, ya sé todo lo que dije, no os toméis la molestia de recordármelo, quedó además escrito en el blog y no lo he borrado, no por ahora al menos, pero todo eso lo dije con la cabeza y como os digo, la tarde anterior la música de Antonio Vega puso en mí las cosas en su sitio y me reconcilió con la izquierda, me hizo ser, de nuevo, de izquierdas, tal y como yo era cuando Antonio Vega cantaba sus canciones con Nacha Pop sobre los escenarios, se trató, por tanto, de algo sentimental, un secuestro sentimental, eso es, muy bien dicho, un secuestro emocional.

Bueno, pues ya está, lo dicho, que voté Valenciano, al final la chica no está tan mal, fui un caballero, intenté con mi voto resarcirla de la descortesía que tuvo Cañete con ella, y por otro lado lo del aborto pensé que no era objeto de estas elecciones y que en Europa es conveniente que se dé más peso a políticas sociales para paliar los efectos de la crisis sobre lo más desfavorecidos, y que la chica da una imagen más juvenil y moderna, como en su día la dio Zapatero, y que es más guapa que Cañete y más simpática, bueno, son impresiones.

Y no me miréis así, reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada la belleza, que diría Aute, y en la mirada de Cañete no encontré belleza, toda la belleza estaba en la mirada de Valenciano…, lo siento.

Y salí del colegio electoral cantando La chica de ayer, me asomo a la ventana eres la chica de ayer, demasiado joven para comprender…, tus cabellos dorados parecen el sol…, eso es, fue una revelación, tuve una revelación, al fin se descubrió quién era la chica de ayer, Valenciano.



El paseante


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