lunes, 19 de mayo de 2014

El shock (Un asesino en las calles 8).

 



El shock

El shock fue brutal, ambos quedaron enfrente el uno del otro temblando de miedo pensando en lo que había podido pasar, fue tanta la emoción que no pudieron reprimir el incontenible impulso de fundirse en un cálido abrazo y darse un apasionado beso, todo sucedió de manera absolutamente inconsciente, no se dieron cuenta de lo que estaban haciendo realmente hasta que como consecuencia del apasionado y largo beso una parte de sus cuerpos se excitó al unísono, en ese preciso instante volvieron a la realidad y se separaron como impulsados por una corriente eléctrica, se miraron, rompieron a reír en una estruendosa carcajada y se dieron unas cuantas palmadas en el hombro como hacen los hombres.

-          Bruttini, le voy a matar, ande véngase conmigo a comer, le invito, ¿y qué diablos hace aquí?, menudo susto el que me ha dado, sólo a usted se le ocurre hacerme algo así conociendo lo sensible que soy a los sobresaltos, un poco más y no lo cuenta.

-          Lo siento de veras Comisario Carballo, no esperaba semejante reacción, veo que está totalmente alerta, decidí venirme antes de que concedieran la comisión de servicios porque no era capaz de aguantar más, tengo unos días de permiso pendientes y me he venido de vacaciones, así cuando concedan la comisión ya estaré aquí colaborando con usted.

-          Verá Bruttini, yo me vuelvo dentro de un par de días a Madrid, no quiero que se decepcione pero nos han relevado del caso.

-          Quién nos ha relevado?

-          Behrens.

-          Behrens? Y por qué?

-          Pues Bruttini prefiero no comentarle el motivo para que no se deprima.

-          Dígame Comisario, por qué ha sido? No me deje con la duda.

-          Pues por maricones.

-          Cómo?

-          Sí, le han ido con el cuento de que usted y yo estamos liados.

-          Bueno, el viejo rumor de siempre, cuando no tienen nada que objetarnos se inventan el cuento de siempre.

-          Sin palabras.

-          Pues sin palabras, pero verá yo ya que he venido me voy a quedar a investigar el caso por mi cuenta si le parece bien a usted, y me encantaría que se quedara conmigo, pídase unas vacaciones y nos liberamos de Behrens, seguro que la investigación avanza más, ya sabe la fama de rémora que tiene Behrens, siempre con trabas, cortapisas, trámites, reportes, informes…

-          Tiene razón, Behrens es un cáncer.

-          Por eso Comisario, quédese conmigo, se lo pido por favor.

-          Y el billete de avión?

-          A la mierda el billete.

-          Y los gastos?

-          Compartiremos gastos si es necesario.

-          Por cierto Bruttini, cómo hizo para encontrarme?

-          Bueno, inspector, verá, tengo mis fuentes…

-          Consiguió habitación en el hotel.

-          Está completo señor Comisario, de momento he metido mis cosas en su habitación y tendré que quedarme algún día con usted…

-          Conmigo?

-          Tranquilo, he pedido una cama auxiliar, no será necesario que durmamos juntos, no por ahora al menos, prefiero que lo nuestro vaya despacio…

-          Pero qué dice?

-          Comisario estaba bromeando, tranquilo, no hay peligro, no vamos a dar la razón a los rumores de Behrens, no por el momento, verdad?

-          Pero Bruttini, cómo se le ocurre!!!!!!!!!

-          Entremos a comer Comisario, relájese un poquito que le noto algo tenso.

-          Cómo dice?

-          Por cierto Comisario, aquí llueve mucho, verdad?

-          Cinco días de cada cuatro.

-          Cómo dice Comisario?

-          No nada, era una broma.


(continuará)

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