miércoles, 4 de diciembre de 2013

Mis conversaciones con Woody (36). Albert Einstein.



Ningún problema puede resolverse desde el mismo nivel mental que lo creó.

Albert Einstein

-          Eso es justo lo que me pasa a mí, soy incapaz de resolver mis propios problemas, por eso trato de resolverlos hablando contigo jr.
-          ¿Y lo logras?
-          Yo creo que algunas veces lo logro y otras veces acabo peor de lo que empecé, más liado, pero al cabo de unos días ese lío se deslía como por arte de magia y el problema se resuelve.
-          ¿Y todo gracias a mí Woody?
-          Bueno, gracias a ti no exactamente, tú eres la disculpa, como el figurante que me da pie a mí a hablando contigo hablar conmigo y resolver el problema.
-          ¿Entonces yo no hago nada realmente?
-          Escuchar y opinar para que yo siga hablando, verbalizando el problema, con eso es suficiente, en cuanto un problema se verbaliza está en vías de resolverse.
-          Ya.
-          ¿Te has enfadado?
-          En absoluto, a mí me pasa igual contigo.
-          ¿También?
-          Lo mismo.
-          Entonces en verdad es que somos como dos gotas de agua, almas gemelas, ¿verdad?
-          Twin souls Woody, twin souls.
-          ¡Qué bonito jr!
-          Estamos hechos el uno para el otro y a través de la eternidad nos hemos reencontrado.
-          A través de océanos de tiempo.
-          Sí, a través de océanos de tiempo hemos llegado el uno al otro.
-          Precioso jr.
-          Hermosísimo Woody.
-          Somos como dos espejos frente a frente que siempre tienen el mismo reflejo.
-          El reflejo del infinito.
-          Sí, del alma eterna.
-          Del alma eterna del ser, del alma eterna de todas las cosas, de todo el universo, de toda la creación.
-          ¿Somos como Dios jr?
-          Somos parte de Dios Woody.
-          … pero yo no creo en Dios jr.
-          Pero yo si Woody, yo creo en Dios y tú eres mi reflejo, no lo olvides.
-          ¿Pero si yo no creo en Dios y tú eres mi reflejo también en qué quedamos?
-          Eso no lo había pensado la verdad.
-          Pues es fundamental, nuestras discrepancias religiosas son un escollo para que nuestras almas se junten en un abrazo eterno de purificación, reencuentro y suprema armonía.
-          No se me había ocurrido, pero mira, en realidad da igual creer o no en Dios.
-          ¿………..?
-          Sí, verás, si tú no eres sino mi reflejo y yo no soy sino tu reflejo entonces realmente el resultado es que yo no creo en Dios y tú sí crees en Dios.
-          Claro, es verdad, pero no has pensado que una vez que tú eres mi reflejo vuelves a reflejarte en mí, y yo en ti hasta el infinito.
-          Bueno Woody, convengamos que eso no es más que la alteridad del ser.
-          ¿Y eso que es?
-          La transubstanciación última, la postrera desmaterialización, la nada.
-          Entonces, somos nada…
-          Nada y todo a la vez, el vacío contiene en sí todas las posibilidades en tanto en cuanto no se ha producido aún, y cuando se produce no sigue siendo sino vacío, el vacío de la alteridad incesante, múltiple, repetida y multiforme.
-          Jr me estoy empezando a marear.
-          Fuiste tú el que empezaste Woody.
-          Perdona.
-          Nada, eres mi alma gemela, entre almas gemelas no hay que pedir disculpas.
-          ¿A no?
-          No, no es necesario, somos la misma persona.
-          ¡Qué fuerte!
-          Así es.
-          Nunca me había sentido igual jr.
-          ¿Cómo?
-          Tan bien como ahora, en este momento, creo que he tenido la revelación del verdadero sentido de la existencia.
-          ¿Y cuál es Woody?
-          Tú.

(continuará)

El paseante


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