jueves, 31 de octubre de 2013

Mis conversaciones con Woody (31). Manhatan 9.




-          ¿Con quién estabas hablando jr?
-          Con nadie.
-          He oído como si estuvieras hablando con alguien en tu dormitorio.
-          No, con nadie, era la radio.
-          Pero si no hay radio en tu dormitorio.
-          Que no Woody, que no hablaba con nadie.
-          ¿No habrás metido un extraño en casa? Mira que ésta es una ciudad muy peligrosa, esto es Manhattan.
-          Que no Woody, que no.
-          Esto no es Lavapies jr, ten cuidado con lo que haces.
-          Woody, ya te he dicho que yo vivo en Tirso de Molina no en Lavapies.
-          ¿Pero no es lo mismo?
-          Pues no.
-          Siempre me equivoco.
-          Además no sé que será más peligroso si Lavapies o Manhattan…
-          Tú estabas hablando con alguien, a mí no me engañas.
-          Hablaba con el diablo Woody.
-          ¿Con el diablo?
-          Sí.
-          ¿Por la mañana?
-          Sí, nos hemos hecho amigos, ayer se quedó a dormir conmigo después del aquelarre.
-          ¿Fuiste capaz de dormir toda la noche con esa bestia peluda?
-          Bueno, Woody, verás, no siempre es una bestia peluda…
-          ¿Qué quieres decir?
-          Que él cambia de apariencia según las circunstancias, en ocasiones se transfigura en otras apariencias, anoche era una atractiva mujer, sensual y tentadora.
-          ¿………………?
-          Una verdadera delicia Woody, te lo aseguro…
-          ¿………………..?
-          Verás, el diablo en origen era un ángel de la corte celestial, era bello, eso los judíos no la sabéis, no estudiáis estas cosas porque son cosas de cristianos, luego fue expulsado del cielo y cayó a las profundidades del infierno donde fue desterrado para siempre.
-          ¿Y por qué?
-          Por que pecó, él fue el primer pecador.
-          Ya.
-          Además es muy atractivo.
-          ¿Atractivo?
-          Claro, él es el príncipe de las tinieblas, de la seducción, del deseo, del pecado, de los placeres prohibidos, de todos los excesos, de las mejores transgresiones…
-          Suena fantástico jr.
-          Él tiene además una mirada muy seductora, penetrante…
-          Sí, ¿cómo es su mirada jr, dímelo?
-          Pues mira, me recuerda a la mirada de Toni.
-          ¿De Tommy?
-          Sí, tienen los mismos ojos, miran igual.

(continuará)

El paseante


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