viernes, 25 de abril de 2014

Las personas que estamos enamoradas de nosotros mismos...



Las personas que estamos enamoradas de nosotros mismos es difícil que nos enamoremos de los demás, porque al enamorarnos es tanto nuestro amor no sólo físico sino moral por nosotros que proyectamos en el amado nuestro reflejo y creamos un yo ideal sobre el yo real del otro, lo cual está llamado a la decepción y al fracaso en tanto en cuanto no vamos a obtener del otro las respuestas a nuestro amor que esperamos, a mí me sucede eso no sólo en el amor sino en las relaciones en general, considero que sólo es habitable el mundo en tanto esté habitado por proyecciones de mi yo ideal, en una especie de población mundial clonada de mí.
¿Cómo lo veis?
Apasionante, ¿verdad?
Creo que es un asunto que puede dar mucho juego en su análisis y puede hacernos salir de ciertos errores y malinterpretaciones a las personas que estamos enamoradas de nosotros mismos.
Por otro lado esta forma de interrelacionarnos con los demás es algo que dificulta el conocimiento de otras personas porque las reconducimos siempre a nuestro molde, sin plantearnos el por qué son diferentes, qué las hace diferentes de nosotros, y en qué medida esa diferencia puede enriquecernos.
Desde el totalitarismo de nuestro yo bloqueamos la percepción de la realidad múltiple, cambiante y enriquecedora del otro.
Además uno no está siempre enamorado de uno mismo, o no lo está con la misma intensidad, con frecuencia pasa crisis de desamor hacia uno mismo como cualquier otra relación de este tipo y es entonces cuando se invierte el proceso y pasamos a pensar que en realidad somos como los demás, lo cual en nuestro idioma significa que nos hemos convertido en seres anónimos, vulgares, carentes de interés, lo cual nos hace sufrir, porque para alguien que está enamorado de sí mismo no hay nada peor que sentir la pérdida del amor hacia sí mismo, entonces se sufre una especie de extrañamiento o alienación hacia el propio yo que es fuente de enormes pesares y tristezas.
Afortunadamente se trata generalmente de crisis pasajeras y después vuelve la normalidad anormal en la que vivimos las personas que estamos enamoradas de nosotros mismos.
Pero me pregunto, ¿quién es totalmente normal?, o mejor aún, ¿en qué consiste la normalidad?, ¿sabría alguien definirla?, ¿describirla tal vez?
¿Es el amor hacia uno mismo algo normal, o tal vez recomendable?
En cualquier caso creo que es más beneficioso que el desamor hacia uno mismo, más constructivo, si bien llevado al extremo puede distorsionar la percepción de la realidad hasta el punto de aislarnos en una burbuja, en una jaula de oro, en una torre de marfil.

El paseante

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