miércoles, 2 de abril de 2014

La señora de la limpieza de mi oficina no cree en Dios.




La señora de la limpieza de mi oficina no cree en Dios

Me lo soltó sin más miramientos ni contemplaciones, a un comentario mío del tipo “habrá que confiar en Dios”, me dijo “yo no soy mucho de Dios, no creo en Dios, creo sólo en mí, en lo que sea capaz de conseguir por mí misma”, me quedé atónito, de piedra, no lo esperaba, no sabía bien qué responder, pero algo tenía que responder, y dije:
-          Rezaré por ti.
Entonces va y me contesta:
-          Eso sí, reza por mí, mi madre también reza por mí.
Y yo le dije:
-          Rezaré por tu conversión.
A lo cual ella me respondió:
-          Eso está muy difícil.
Pasó la bayeta sobre mi mesa justo en el hueco que queda libre de papeles, entre el ratón y la cpu y se marchó.
Y encima acababa de obsequiarla con una chocolatina de chocolate blanco.
Habrá que convocar un concilio, habrá que hacer algo, está claro que la cosa no puede quedar así, como si nada, que la señora de la limpieza de mi oficina se descuelgue con semejante pensamiento y con una seguridad al expresarlo como si fuera Jean Paul Sartre, como si fuera un filósofo existencialista, como una Simone de Beauvoir cualquiera, no puede ser, antiguamente las señoras de la limpieza eran devotas creyentes seguro, y antes de tener que pronunciar semejante sentencia con tal contundencia, hubieran preferido morir.
Cuando alguien dice no creer en Dios se yergue dentro de mí el misionero que llevo dentro y quiere como sea desvanecer ese error pero no sé bien cómo porque me quedo sin argumentos, como si ante semejante barbaridad no se pudiera decir nada.
Rezaré por ella…, pero ahora que lo pienso, para qué rezar por ella, seguro que su madre lleva toda la vida rezando y mira el resultado.
La señora de la limpieza de mi antigua oficina me acosaba sexualmente, ya os lo conté, era ninfómana, en la nueva oficina tuve una encantadora, seguro que creía en Dios, pero la despidieron, y esta de ahora pues a lo que se ve es un tanto agnóstica, se me plantea un problema, no sé si recomendarla algunas lecturas escogidas o informarme sobre la posibilidad de hacerla un exorcismo, ¿será el diablo transfigurado en señora de la limpieza? A mí el diablo siempre me anda persiguiendo, ya lo habréis notado…, New York, Venecia..., hasta en la oficina está ya, no para de perseguirme, de tentarme, de intentar hacerme pecar, cada vez está más cerca…
Tengo que hacer algo.
Me da miedo, por las tardes me quedo solo con ella en la oficina y se produce una situación de inquietante intimidad, una especie de tensión que llena el ambiente como de una energía eléctrica o magnética, está claro que espera algo de mí, y en esta ocasión no es sexo precisamente, esa mujer necesita amor, pero amor divino.
En fin, todo lo que la Iglesia Católica ha creado durante siglos tirado al suelo de un simple bayetazo.

El paseante


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