martes, 31 de enero de 2012

My own private Idaho.

Escena de la película My own private Idaho del director Gus van Sant.
Es tanto como decir "tener un mundo propio", eso es "my own private Idaho", una expresión, un latiguillo, una muletilla.
Te pregunto: ¿tienes tú un mundo propio?
Sin un mundo propio se vive malamente, se malvive.
Tienes que ir creando tu propio mundo, o mejor decir, tienes que ir descubriéndolo primero, seguro que lo tienes pero no eres consciente de ello.
Analiza valores, creencias, emociones, sentimientos, filias y fobias, adicciones, amores y desamores, amigos y enemigos, analiza tus gustos, tus aptitudes, tus actitudes, analiza tu subconsciente, tu creatividad, tus capacidades, tu bagaje, analiza tu entorno, tu pasado, tus personas más queridas..., tus logros y tus frustraciones...
Analiza todo eso, analiza todo, y luego reflexiona sobre ello, verás como te encuentras contigo mismo, con tu yo esencial, ése que en el día a día parece desparecer pero que ahí sigue siempre agazapado esperando su momento culminante de salir a escena y darte carta de naturaleza en este mundo.
Saca a escena a tu propio yo, sácate a escena a ti mismo, sé tú mismo, por encima de todo y siempre.
Sal a la luz de las candilejas, déjate iluminar por los focos, unos te descubrirán, otros confirmarán que ya te conocían, otros te aborrecerán, no importa, así sabrás a qué atenerte en tu relación con los demás.
Habrás llevado a escena tu "own privaye Idaho" y ya nunca podrás escapar de él, porque tu "own private Idaho", es decir, tu mundo propio, eres tú.
Besos,

el paseante

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