viernes, 27 de enero de 2012

La belleza (2).


No sé, en ocasiones noto como que quiere provocarme.
Pero provocarme en qué, no lo entiendo.
Es como si quisiera restregarme por la cara su belleza, y para qué, me pregunto.
Pues he pensado mucho en ello y no encuentro motivo ni razón.
Creo que no es que me restriegue por la cara su belleza sino que yo soy el que me la restriego, él no hace sino mostrarla, bueno, creo que ni siquiera hace por mostrarla, simplemente no la tapa y ya está, tampoco va a ir pidiendo disculpas por la vida por ser tan guapo.
Sólo faltaba eso...
La naturaleza ha sido generosa con él, los genes, la herencia genética, todo eso, pues bueno, fabuloso, mejor que sea guapo que feo, mejor para él.
Pero me pregunto si me tenía que tocar el más guapo precisamente a mí.
Me explico, yo que siempre me he considerado guapo, perdón por la inmodestia, ahora me siento feucho a su lado.
Pero bueno, fijándome con más detalle también tiene sus defectillos, tampoco voy a contároslos porque parecería que le tengo envidia.
Y según vaya cumpliendo años no se verá ya tan hermoso, también los demás hemos tenido veinte años...
Lo importante es saber llevar los años con dignidad, y el atractivo personal, claro, si uno es atractivo no importa la edad.
Bueno, perdonar la digresión, pero no sabéis lo que es estar junto a semejante Adonis, tu escala de valores se tambalea.
Abrazos temblorosos,

the paseant

(entrada dedicada a la cabrita loca)

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