martes, 27 de noviembre de 2012

La película de la semana. La misión. Roland Joffé. 1986.



Eclipsar a Robert de Niro no es tarea fácil, no que yo sepa, pues Jeremy Irons lo logra, hace desaparecer prácticamente de la película a su contrincante, es lógico, Irons pertenece a la saga de los grandes actores ingleses, Olivier, Guielgud, Guiness, grandes actores con grandes voces, llenos de registros y con un sentido del ceremonial, la puesta en escena, la elegancia, y la contención que sólo un inglés, un actor inglés, puede tener.
Yo me identifico totalmente con el personaje que interpreta Irons, con el jesuita, con su inamovible fe en Dios, y con su vocación de servir a Dios sirviendo al prójimo, en este caso haciendo que los indígenas de la Amazonia aprendan la fe y algo insospechado, la música, a tocar instrumentos y a interpretar conciertos, el barroco indígena de las colonias jesuitas de Mozos y Moñitos.
Siempre que pienso en esta película viene a mis oídos la música de Enio Morricone, mágica música, y también viene a mi mente Jeremy Irons y su lucha por salvar frente a la intolerancia de la Iglesia oficial todo lo que allí habían construido los jesuitas, y por salvar a los indígenas del exterminio de los españoles.
Tremenda película que contrapone el más puro y desinteresado idealismo a los intereses de los políticos de turno, sean estos eclesiásticos o estatales.
Siempre que veo la película me emociono, especialmente en la escena final, que no os desvelo, y siempre que oigo la música me emociono igualmente, no puedo evitarlo, siento una punzada en el corazón que me hace presente mi fe en Dios y en las personas y mi nula fe en las organizaciones sean del signo que sean.

Un beso amigos,

el paseante

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