miércoles, 28 de noviembre de 2012

Es increíble, hay luna llena.



Increíble, pese a la crisis sigue saliendo la luna, y con todo su esplendor, magnífica, perfectamente recortada en su brillante luz en el cielo de la noche oscura, y reluciente en su redonda luz brilla durante toda su órbita alrededor de la tierra, y al amanecer se esconde en el lejano horizonte, más allá de una perdida nube, se esconde tímidamente, anaranjada ya, como transmutada anunciando el sol que se avecina y que se asomará a continuación por el extremo opuesto del firmamento, en un cielo que abandona su negrura y se viste de un azul turquesa delicado y frío de invierno.
Un lujo, pese a la crisis, los astros siguen cumpliendo su trabajo, su función, su destino, y uno los mira y piensa: tan mal no irán las cosas, al menos nos queda el universo, como al comienzo de los tiempos, el hombre vuelve a estar solo frente al universo, para eso nos sirve la crisis, para volver a lo esencial y enfrentarnos a la verdad pura que nos muestra la luna en su redonda cara llena de manchas, cráteres, montañas, valles, cúspides, llanuras, que iluminadas en una dorada luz al amanecer nos contemplan desde la lejanía planetaria de las perdidas galaxias.

el paseante

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