miércoles, 14 de noviembre de 2012

Escribir sobre la realidad.




Escribo sobre la realidad, sobre lo real, sobre lo que sucede y observo alrededor de mí, soy un cronista de lo cotidiano, de lo cercano, de la anécdota, ¿vale la pena?, me pregunto, no lo sé, seguramente es algo inútil pero no puedo evitar hacerlo, escribir para mí es como pensar, algo involuntario que no puedo en ocasiones parar, incluso yo diría que se piensa mejor escribiendo, la escritura pone en orden el pensamiento, lo estructura, lo solidifica, toma cuerpo el pensamiento, se organiza y aclara, se concreta, a través de la escritura.
Cuando sólo nos limitamos a pensar todo queda como en una vaga nebulosa de difusas ideas, conceptos contrapuestos, análisis paradójicos, idas y venidas, marcha atrás, indecisiones, indefiniciones, vaguedades.
Pero con la escritura nuestro pensamiento se aclara, el hecho de escribir forma nuestros pensamientos, los disciplina, los hace marchar en orden, como si de un ejército se tratara, las ideas, las palabras, las letras, alineadas en renglones, con paso firme van avanzando por la hoja de papel, campo de batalla de nuestros pensamientos, y a veces chocan, se enfrentan, luchan, y en la contienda surgen nuevos pensamientos que son diferentes a los anteriores pero que los contienen como un germen de algo nuevo.
Y la escritura discurre sobre el papel haciendo nacer nuevas palabras, frases, haciendo despertar el pensamiento, movilizándolo, proyectándolo sobre un futuro inmediato o mediato en el que tal vez todo eso sea leído, interpretado, recreado por alguien, por otra persona, el lector, que a su vez irá escribiendo mentalmente otro discurso propio y que tal vez de alguna manera, a través del diálogo o de la escritura, transmita a los demás.
Y así hasta el infinito, el milagro de la comunicación, el milagro de la inteligencia, el aprendizaje, el avance de las ideas que a su vez se van plasmando en la realidad y la hacen ser diferente, transformarse en pos de las ideas, una realidad infinita en su potencial de transformación con el impulso del motor del pensamiento.

el paseante


No hay comentarios:

Publicar un comentario