viernes, 23 de agosto de 2013

Un dios que todo lo tiene y todo lo puede...



Así me he sentido yo siempre que me he enamorado...

Como un Dios que todo lo tiene y todo lo puede... 

Junto a la persona amada el tiempo no existe, y su sola presencia te hace sentir feliz...

Me pregunto si vale la pena enamorarse...

Cuando me he enamorado he accedido a un nivel de consciencia superior, como si todo fuera grandioso y por fin comprendiera todo y todo tuviera un sentido superior que antes no lograba ver.

El enamoramiento proyecta una luz hacia el interior y hacia el exterior que todo lo vuelve bello, como si todo fuera eterno y uno se sintiera parte de la eternidad y tuviera conciencia de lo divino por fin.

Cuando uno pierde todo eso que le llegó de improviso, como una inesperada dádiva caída del cielo, se siente morir porque todo perdió el sentido que tuvo al enamorarse y la vida vuelve a ser un rollo, una pesada carga, obligaciones y más obligaciones, penurias, incomprensiones, imperfecciones, sufrimientos...

Uno cambia el foco con el amor, o por mejor decir cambia el enfoque con el objetivo de la cámara fotográfica de la vida.

Como recuerdo de la felicidad perdida siempre quedan esas instantáneas de felicidad.

Otra cosa es si uno es capaz de desenamorarse, eso es difícil, se tarda mucho, las personas de las que estuviste enamorado van quedando sedimentadas en capas como restos arqueológicos de tu vida, antecedentes y fundamentos de tu yo actual en gran medida, de tu yo sentimental y más íntimo, de ese yo que pone su ilusión en el otro, que hace proyectos que luego quedan en nada.

¿Y después del amor qué?

Después del amor la tristeza.

¿Y después de la tristeza qué?

Tal vez la tranquilidad por fin, la resignación, o la sorpresa de un nuevo amor diferente, quién sabe...

Nunca se puede decir de este agua no beberé porque la sed siempre está ahí lo queramos o no.

¿Y se puede vivir sin amor?

Sí, se puede vivir, se sobrevive más bien, se malvive a trancas y barrancas, uno va saliendo adelante como puede, pero nada que ver con estar enamorado, no hay color.

Lo cierto es que hasta que uno no se desenamora del todo no se puede volver a enamorar, hay que estar vacante de amor para volverse a enamorar, dejar de estar enamorado es como comprar la papeleta para la lotería del amor, luego viene el sorteo y lo más normal es que te quedes sin premio, es cuestión de suerte que un día te toque la lotería del amor.

Si además resulta que la persona de la que te enamoras es compatible en carácter, gustos, estilo de vida, y evolucionas junto a ella en armonía y de manera complementaria, entonces además puede ser que dure, no el enamoramiento porque ese éxtasis tiene fecha de caducidad, sino el amor, ese sentimiento más sereno y duradero que hay que cultivar y cuidar como diría Erich Fromm.

el paseante gran teórico del amor

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