jueves, 22 de agosto de 2013

Mis conversaciones con Woody (23). Manhattan 1. La llegada.




-          Bueno, jr, ya estamos aquí, ¿estás contento?, éste es nuestro nuevo hogar, ¿te gusta?
-          Woody, ¿tenía que ser precisamente el edificio Dakota?
-          ¿No te gusta?, pero si es precioso y mira las vistas que tiene a Central Park.
-          Ya, ¿y no había un apartamento en alquiler en todo Manhattan más que éste?
-          ¿Por qué lo dices?
-          No, por nada, simplemente porque en la puerta de este edificio mataron a John Lenon, aquí rodó Polanski La semilla del diablo, y a finales del S. XIX se convirtió en residencia de una serie de brujos que acabaron siendo quemados en justo delante de él.
-          ¡Vaya tonterías! ¿Pero tú crees en esas bobadas? Pues no habrá vivido gente normal desde entonces en este edificio.
-          ¿Qué entiendes por gente “normal”?
-          Pues como nosotros.
-          ¿Nosotros somos normales?
-          Mira, mejor lo dejamos, noto que estás de malas.
-          Vaya, ahora resulta que el problema soy yo.
-          Pero si yo sólo quiero agradarte jr, he buscado el edificio más literario, cinematográfico, histórico y misterioso de Manhattan.
-          Tú lo has dicho, misterioso.
-          Vale, de acuerdo, pero si sólo vamos a estar un mes, qué más te da, no creo que nos hagan ningún hechizo o nos echen algún mal de ojo, no va a dar tiempo, sabes, esas cosas llevan su tiempo, no son de un momento para otro precisamente.
-          Vale, perdona, tienes razón, no puedo evitarlo, soy un poco supersticioso.
-          ¿Sólo un poco? ¡Por Dios jr, que estamos en el S. XXI!
-          Calla, no nos busques problemas, no creo que sea muy recomendable invocar a Dios dentro de este edificio.
-          Está bien, acepto pulpo como animal de compañía.
-          Muy gracioso.
-          Además en el apartamento estaremos poco tiempo, sólo vamos a estar un mes en Manhattan, en mi ciudad, y quiero que la conozcas bien, seré tu guía.
-          Eso me gusta.
-          ¿Has visto ya tu habitación? Mira, ven, pasa, pasa, ¿qué te parece?

 
-          Preciosa.
-          Y mira las vistas, se ve todo Central Park, ¿verdad que es precioso?
-          Sí, muy bonito, pero yo prefiero Madrid.
-          ¿Te has vuelto loco? ¡Pero si esto es el epicentro del mundo! ¡Estamos en Manhattan!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
-          Ya lo conocía.
-          ¿Sí?
-          Por supuesto.
-          ¿Cuándo estuviste?
-          En 1996, el año de la bestia…
-          ¿El año de la bestia, qué es eso?
-          Nada, olvídalo, no tiene importancia.
-          ¿Y cuánto tiempo estuviste?
-          10 días.
-          ¿Con quién viniste?
-          Solo.
-          ¿Sólo?
-          Sí, solo.
-          ¿Y en qué época del año?
-          A  comienzos de diciembre.
-          Nada que ver jr, ahora lo vas a conocer de verdad, en el comienzo de la primavera Manhattan está precioso y además yo te voy a enseñar sus secretos, verás como te lo vas a pasar muy bien, todas las puertas se abren para Woody.
-          Bueno, de acuerdo.
-          Pero anímate hombre.
-          Woody calla…
-          ¿Qué pasa?
-          ¿No oyes?
-          ¿El qué?
-          Esos susurros…
-          Yo no oigo nada.
-          Escucha atentamente…


-          Sí, es como una letanía o algo así.
-          Suena como las invocaciones de un aquelarre.
-          Chico, tú estás loco, como no te relajes un poco vas a acabar mal. Sabes lo que te digo, que en Manhattan hay que estar abierto a todo…
-          ¿Y eso qué significa?
-          Que tu grado de apertura tiene que ser total.
-          ¿…………….?
-          Que hay que probarlo todo.
-          ¿……………..?
-          Que si se trata de un aquelarre lo mejor es que un día les pidamos que nos dejen participar, lo mismo hasta hago una película sobre aquelarres en Manhattan.
-          ¿Tú te has vuelto loco?
-          Jr, pareces un provinciano, un provinciano de Madrid.
-          A mucha honra.
-          Bueno, ¿te gusta tu dormitorio?
-          Sobre todo la música de fondo…
-          Mira, ponte tapones para los oídos.
-          Perdona Woody, tienes razón, es precioso, pero esto valdrá una fortuna.
-          No te preocupes lo paga mi productor.
-          ¿Y quién es?
-          Un tipo muy simpático, por cierto, quiere conocerte, ha oído hablar de ti, de el paseante, es seguidor de tu blog, me habló de lo de tu torso.
-          ¿Sólo se ha fijado en mi torso?
-          No sé, me dijo que había visto tu torso en el blog y que quería conocerte.
-          ¿No será gay?
-          No lo sé, nunca me lo he preguntado, me da igual, mira jr aquí en Manhattan esas cosas dan igual, lo que te digo, tienes que estar abierto a todo…

(continuará)

El paseante


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