jueves, 22 de agosto de 2013

Dos años de paseante solitario... (reflexión).




Dos años ya, parece que fue ayer, como suele decirse, por aquel entonces llegaba el Papa a Madrid, Benedicto XVI, el anterior Papa, Madrid era una fiesta, la ciudad estaba llena de gente joven de todas las nacionalidades, te transmitían su energía, su vitalidad, su alegría, su optimismo, y el Papa nos transmitió su profunda espiritualidad, quedé impresionado y emocionado al verle rezar, transmitía tanta intensidad su oración, su recogimiento, su comunión con Dios, todos los actos organizados me parecieron de una enorme belleza muy acorde con el espíritu religioso y de celebración pero siempre dentro de un recogimiento y de una emoción contenida, de una sentida religiosidad, de una profunda fe en Dios.
Han pasado ya dos años y parece que fue ayer…
Ése es el hito fundacional del blog, es imposible tener mejor comienzo, es como si el blog hubiera nacido santificado, bendecido por aquella visita.
Yo era fan de Juan Pablo II y en la visita de Benedicto XVI me hice también fan de él por diferentes motivos, creo que han sido dos Papas complementarios que han enriquecido de manera diferente con su ejemplo a la Iglesia.
Perdón por la digresión, pero no puedo evitarlo, me emociono incluso al recordarlo, qué momentos tan felices para un católico, para un creyente, para el que tenga fe.
La fe, ese don, difícil adquirirlo si no se tiene, imposible perderlo si se tiene incluso bajo la presión de las más duras adversidades, la fe…, creo que el mayor capital de mi vida es mi fe en Dios.

Y que conste que no soy ningún beato, ni ningún mojigato, ni ningún moralista, creo que el blog es buena prueba de ello, más bien soy todo lo contrario, provocador, iconoclasta, removedor de conciencias, y tampoco porque pretenda serlo, sino porque lo soy, siempre lo he sido y siempre lo seré, no puedo evitar mi espíritu crítico que se extiende, por supuesto, a la Iglesia, no creo en las organizaciones, en tanto regidas por personas no son infalibles, mi relación con Dios es algo personal, algo entre él y yo exclusivamente.
Igual que la relación entre vosotros y yo a través del blog, algo personal, íntimo, privado.
No me siento capaz de pasar revista a lo que ha sido el blog en estos dos años de vida, ahí está para el que quiera verlo, lo que sí creo es que es fiel reflejo de mí, que en todo momento he sido yo, es inevitable, hacer algo falso hubiera sido algo imposible para mí, creo que por encima de todo, para bien o para mal, he sido a mi manera una persona íntegra siempre, cabal, comprometida con mis ideas, y si eso me ha perjudicado en alguna ocasión lo he preferido a tener que claudicar de mí.
Contradictorio tal vez, pero qué ser humano no es contradictorio, el dogmático, el integrista, el intransigente, eso a mí no me interesa, la verdad no es única, cierta, tangible, la verdad son muchas verdades fragmentarias que cambian, evolucionan, se van transformando, cada uno ve una verdad, su verdad.
Y mi verdad es el blog, en él estoy, el blog soy yo en diferentes momentos y aspectos de mi personalidad cambiante que evoluciona.
La realidad día a día interactuando conmigo y como producto el blog.
Me sorprende hasta a mí mismo el resultado, a través del blog me he conocido mejor, he profundizado en aspectos que no conocía bien o tenía olvidados, me he consolidado, yo era como un territorio desconocido, ignoto, que pedía ser conquistado, ahora tengo claras las fronteras, lo he colonizado, cultivado, consolidado, engrandecido.
Nada más, o poco más, continuaremos, tenemos que llegar a las 100.000 visitas.
Me fascina este instrumento que me permite dar a conocer mis ensoñaciones a todo el que quiera conocerlas, crear y divulgar, compartir, dejar una semilla en alguien y que ésta fructifique de alguna manera, es el sutil efecto mariposa del blog, su enorme potencial, su virtud, me emociona, impresiona, maravilla, el uso y el potencial que permiten las nuevas tecnologías a cualquiera, y cómo, de esa manera, nos enriquecemos mutuamente.
Para una persona creativa creo que es fundamental compartir el objeto de su creación, porque el que crea lo hace para los demás, sin dudarlo, lo hace como una necesidad ineludible que no sabe explicar.
Un abrazo a todos,
El paseante solitario

p.d.- he salido un poco serio en la foto, ¿verdad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario