martes, 4 de diciembre de 2012

El cuadro de la semana. Molinos de viento. Gregorio Prieto.



España se resuelve en las infinitas llanuras de La Mancha. Si la denominación España se redujera a su esencia se quedaría en La Mancha, sin duda, los molinos de viento, Don Quijote, el azafrán...
Bellas tierras manchegas de campos de cultivo de variados colores salpicados en sus llanuras, y de nubes volanderas que pasan veloces porque no tienen montañas en las que agarrarse.
La Mancha es medio andaluza medio castellana, demasiado al sur para ser castellana, demasiado al norte para ser andaluza.
Lo que digo, como España que ni es africana ni es Europea.
España es la Castilla-La Mancha de Europa, desolada y pobre, bella y eterna.
Cuando cruzo Castilla-La Mancha en coche me parece una mujer tendida, un pequeño desnivel, el ombligo, un suave oasis, el monte de Venus, un promontorio, otro promontorio, los senos...
Y así sigo conduciendo, procurando no dormirme dentro de su abrazo y seguir mirando el horizonte al que nunca se llega, que nunca acaba.
Una fresca cueva, los labios, un río luminoso, la mirada, un cabello enmarañado, los álamos de la carretera.
Un suave tacto, un dulce pie, un oído de confidencias...
Triste y melancólica dama.
La Mancha.

el paseante manchego

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