lunes, 21 de enero de 2013

Diario de un paseante. Las pantallas.




Diario de un paseante 22-12-2012 – 10:35. Las pantallas.

Al final la vida se resuelve en una pantalla, la pantalla de la tele, la pantalla del ordenador, la pantalla del móvil, prefiero la realidad digitalizada a la realidad real, puedo modificar la realidad digitalizada cuando quiera, actuar sobre ella, la realidad digitalizada me obedece, me hace caso, la domino, puedo subyugarla, con la realidad digitalizada me siento como un dios todopoderoso que decide, reparte justicia, crea su mundo a medida, el mundo que me conviene, la realidad real es algo ya obsoleto, no hay quién pueda con ella, no vale la pena seguir intentándolo, es tarea inútil, lo real es recalcitrante por naturaleza, difícilmente maleable, influenciable, utilizable, modificable, en fin, demasiado real, lo real se empeña en ser tan real que al final lo ignoras y deja de ser real, es decir, desaparece.
Lo real ha perdido su sentido definitivamente.
Contradictorio pero cierto, el mundo real se va desvaneciendo en el mundo digitalizado, las fotos son más bonitas que lo fotografiado, sin duda, y además si no lo son se pueden trucar, modificar, corregir, mejorar, las películas son más interesantes que la vida, además no se pierde el tiempo, lo fundamental sucede enseguida, tal y como esperamos, en la vida no hay elipsis como en el cine, tienes que ir todos los días a trabajar 8 horas, los sentimientos son más libres digitalizados, en el mundo digital cualquier cosa vale sea cierta o no porque mañana puede dejar de serlo o no serlo, no se sabe, luego conviene dejar las puertas abiertas, además siempre cabe decir que no se supo interpretar lo que digitalizaste, claro, lo digitalizado es en definitiva un mensaje, un texto, un papel interpretado que a su vez se interpreta, nadie lo da por cierto sino que fantasea con que sea cierto o incierto, la nueva realidad ya no es cierta, lo digital ha acabado con lo cierto, con lo verdadero, con lo absoluto.
Pero después de este paseo por lo digital hay que decir que una vez que se prueban sus mieles no hay nada como lo digital, el hombre está hecho en esencia para lo digital porque tiene en definitiva un alma digital, es decir, inmaterial, como los bits, de ahí que el hombre sea feliz en lo digital e infeliz en lo concreto, el hombre ha recuperado su alma en lo digital de ahí su éxito y su futuro, el de ambos.
Me emborracho en las pantallas, bebo de ellas el delicioso néctar digital que me emborracha, soy adicto a las pantallas, los teclados, los menús de búsqueda, Google, Blogger, Facebook, Twitter, Whatssap, todo eso habita ya en mí, es parte de mí, ya no soy feliz sin mi alma digitalizada, me pregunto cómo pude vivir antes sin todas estas pantallas que repetidas hasta el infinito son mi vida multiplicada en una progresión infinita de posibilidades siempre nuevas.

El paseante

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