martes, 4 de septiembre de 2012

La prensa del fin de semana. Tribuna de opinión.




Bueno, me pasé el fin de semana en la piscina, una temperatura ideal, nada que ver con los calores de las últimas semanas, se aguantaba muy bien al sol y el agua estaba muy tonificante, algo fresca pero daba energía y vitalidad, estupenda.
Me compré el diario El País el sábado, me pareció que tenía siquiera el interés del análisis, y repetí el domingo, suplemento incluido.
No leo prensa escrita desde hace muchísimo tiempo, nada que ver con la digital, además en la piscina acabas leyendo todo, no hay otra cosa que hacer, bueno, nadar y tomar el sol, pero durante tantas horas da tiempo a todo.
En principio lees un periódico y te vas creyendo todo, al cabo de un rato empiezas a dudar y acabas por no creerte nada, sabes que la verdad no es ésa y te preguntas cuál será y si habrá realmente una verdad, quiero decir que ningún extremismo es conveniente ni recomendable, y, desde luego, no puede ser cierto por definición al ser algo extremo.
O tal vez lo extremo pueda ser cierto, no lo sé, es un lío.
Lo más peligroso es cuando el sectarismo se presenta bajo el manto de la mesura, el equilibrio y la objetividad pero subyace y teje su red de influencia en ti sutilmente.
No sé, no quiero criticar ni alabar ningún periódico, simplemente no creo en ellos como no creo en los políticos sean del signo que sean.
Escogí El País por nostalgia, es el periódico de mis años de universidad, entonces era otra cosa, o tal vez era yo el que era otra cosa, seguramente ambas cosas, lo cierto es que fuera por lo que fuera entonces era más fácil ejercer influencia sobre mí, era más fácilmente sugestionable, eso se va perdiendo con los años, igual que la capacidad de sorpresa, uno deja de ser primigenio, ya ha visto muchas cosas, se convierte uno en una especie de descreído de todo, por lo menos yo.
En resumen diré que la situación económica a nivel internacional está cambiando y que España no tiene nada que ofrecer, vamos a pasar a ser una especie de tercer mundo económico en breve, y países del tercer mundo hasta ahora subirán al primero, está claro, las cosas están cambiando y no sirve de nada lamentarse, esto es sí o sí.
Soluciones no se ven para nosotros, el dilema, la incógnita, la duda, siguen abiertos, Dios dirá…
Moraleja, mejor no leer la prensa ni oír/ver  las noticias, vuelvo a mi torre de marfil, prefiero seguir siendo un eremita.

Os quiere,

vuestro paseante


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