miércoles, 12 de septiembre de 2012

El cuadro de la semana. Vista de Delf. Johannes Verneer. 1658-1660.


El cuadro favorito de Marcel Proust...
Y por qué...
No se sabe bien, es algo confuso a la hora de explicar sus motivos, tal vez el tratamiento que a la luz da el pintor, tal vez el colorido, el cielo, las aguas del río, los diminutos personajes del primer plano, las barcazas, tal vez los tejados de variados colores, tal vez el pequeño castillo o fortaleza, tal vez el dique con el puente, tal vez las gabarras, o tal vez el muro que se ve a la derecha iluminado por una débil luz amarilla.
No me lo puedo creer, le gustaba el cuadro precisamente por ese insignificante muro totalmente secundario y que pasa desapercibido en la escena retratada.
Pues por ese muro precisamente le entusiasmaba el cuadro, y sobre él diserta largamente en En busca del tiempo perdido, de una manera recurrente y un tanto obsesiva, cosas de artistas, cuando tienen una revelación son así, se comportan así.
Y ese muro insignificante para Marcel Proust era eso precisamente, una revelación.
No acierto a comprender qué puede decir sobre ese muro que resulte interesante.
Pues mejor léete la novela, son sólo 3.500 páginas, 7 tomos, pero vale la pena, dentro de ella podrás comprender muchas cosas, entre otras por qué ese muro es esencial, y tantas otras cosas esenciales de la vida en las que no has reparado quizás, o tal vez sí y no te has dado cuenta.
La Vista de Delf y Marcel Proust, yo creo que el cuadro se hizo famoso gracias a él, seguro.
En cualquier caso con muro o sin muro es bonito, ¿verdad?

el paseante

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