lunes, 3 de septiembre de 2012

Amanecer (01-09-2012) + Reflexión.


Lo primero que ilumina el sol al amanecer son las torres de plata que brillan como estiletes erguidos hacia el cielo, puntiagudos, flamantes, desafiando al nuevo día con su fulgor de espada, con su brillo deslumbrante de puntiaguda luz.
El sol ilumina Madrid a esa hora con una horizontalidad absoluta, luego se va elevando y el efecto de la luz sobre la ciudad es completamente diferente, a esa primera hora del amanecer el sol parece levantar delicadamente el velo de oscuridad con el que la ciudad se tapa el rostro cada anochecer y asomarse a su bello rostro descubriendo un día más toda su hermosura, toda su rutilante belleza, su armonía, colorido, imponente extensión de perspectivas ilimitadas que parecen no querer acabar nunca en esa hora difusa del amanecer y de la primera luz del sol.
Deliciosa contemplación de la ciudad desperezándose de su sueño nocturno, abriendo a la luz sus pétalos de vida un día más, como si de una bella flor, gigante flor, se tratara, Madrid se despereza, parece estirarse, bostezar, mirarnos con los ojos bien abiertos y reconocernos como ciudadanos suyos cada mañana, su luz, su despertar, son nuestra carta de naturaleza como ciudadanos, vasallos de esta ciudad de las cuatro torres de plata, vigías perpetuas de su despertar.

el paseante

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