lunes, 3 de septiembre de 2012

El viernes comí con mi sombra.


Me fui a comer el viernes con mi sombra, no me despego de ella, ya sabéis que mi sombra es femenina, podéis vislumbrarlo en la foto, que aunque esté oscura en ella puede apreciarse su contorno femenino, además está oscura porque es mi sombra, una sombra siempre está oscura.
Estuvimos mi sombra y yo en un restaurante que se llama Kintaro, en la calle Fernández de la Hoz nº 70.
Comida oriental, buenísima, muy variada y a un precio muy económico.
Además es muy original, los platos van pasando en una cinta transportadora y vas cogiendo lo que quieres, es buffet libre, nos pusimos morados mi sombra y yo, además es muy divertido, es como comer en el aeropuerto, recuerda la cinta en la que salen las maletas.
Mi sombra es muy carnívora, ella de algas y empanadillitas o rollitos chinos no quiere saber nada, de pescadito tampoco, ternera en sus diferentes preparaciones y presentaciones, se puso morada la sombra.
A partir de ahora veréis que está más gorda mi sombra que yo, menudo lío, sombra femenina y gorda, cosas de la vida...

el paseante gourmet

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