jueves, 11 de abril de 2013

La lectura del fin de semana. El profeta. Khalil Gibran. 1923.



EL PROFETA 
(SOBRE EL AMOR) 


Entonces dijo Almitra: Háblanos del Amor,
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un silenció cayó sobre todos, y con fuerte voz
dijo él:
Cuando el amor os llame, seguidle,
aunque sus caminos sean duros y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, ceded a él,
aunque la espada oculta en su plumaje pueda heridos.
Y cuando os hable, creed en él,
aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños como
el viento del norte asola vuestros jardines.
Porque así como el amor os corona, debe crucificaros.
Así como os agranda, también os poda.
Así como se eleva hasta vuestras copas y acaricia
vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol, también
penetrará hasta vuestras raíces y las sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, se os lleva.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para libraros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta que seáis ágiles,
y luego os entrega a su fuego sagrado, y os transforma
en pan sagrado para el festín de Dios.
Todas estas cosas hará el amor por vosotros para que
podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y con
este conocimiento os convirtáis en un fragmento del corazón de la Vida.

Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor
y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y
salgáis de la la era del amor,
Para que entréis en el mundo sin estaciones, donde
reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis, pero no
todas vuestras lágrimas.

El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no quiere ser poseído.
Porque al amor le basta con el amor.

Cuando améis no debéis decir "Dios está en mi corazón",
sino más bien "estoy en el corazón de Dios".
Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor,
porque el amor, si os halla dignos, dirigirá él vuestros
corazones.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su
plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean estos:
De diluiros en el amor y ser como un arroyo que
canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del amor.
De sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar
gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis
del amor;
De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón para
el bien amado, y con un canto de alabanza en los labios.

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La creatividad es un fenómeno insólito. Por ejemplo, cuando Jalil Gibran solo tenía veintiún años, escribió su primer libro: El profeta. Luego se pasó toda la vida intentando escribir algo mejor que El profeta, pero no lo consiguió. Hay al menos treinta libros escritos por un hombre más maduro, experimentado y culto, pero ni siquiera el último libro que escribió antes de morir se puede comparar con El profeta.

Si me lo preguntas, te diré que El profeta es la expresión creativa de su ser. Todo lo demás es su mente intentando ser creativa. El profeta surgió de su ser sin ningún esfuerzo. Él era muy joven y no estaba pensando escribir una obra de arte que seguiría siendo importante a lo largo de los siglos. Cuando la terminó todo el mundo reaccionó con mucho respeto; ha sido traducida a todos los idiomas; para la gente es más sagrada que la Biblia, el Corán o el Bhagavadgita.

Pero él mismo se metió en un lío al no saber que El profeta había surgido de la no mente. Solo estaba jugando, no sabía que se iba a convertir en un gran escritor. No estaba escribiendo para nadie. Estaba lleno de ideas y las estaba plasmando en papel.

Sus amigos le convencieron diciendo: "Es un gran trabajo, deberías publicarlo". Él no era partidario de publicarlo, tenía dudas porque pensaba: "Lo he escrito cuando solo tenía veinte años. La gente se va a reír de mí".

Osho
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